Los efectos secundarios del flúor
Desde tiempos de la Alemania nazi se tiene conocimiento de lo que puede ocasionar el flúor en el humano. Este químico utilizado actualmente en muchos productos de limpieza personal y en nuestra alimentación fue visto por Hitler como un método eficaz para dominar a la población. Puede sonar absurdo, pero el flúor al igual que el plomo, degenera el organismo de a poco.
Aunque es cierto que este químico es eficaz contra la caries y otras bacterias dentales, también se ha visto que puede generar cáncer, fluorosis dental, osteoporosis y daños en el cerebro que impiden ciertas conexiones cerebrales como veremos más adelante.
Historia oculta de porqué hay flúor en nuestra agua
La empresa alemana IG Farben era una farmacéutica que nació en 1924. Ella experimentaba con los diversos químicos para crear productos de aseo, venenos y medicamentos de diversos tipos. Algunos de ellos eran fármacos para problemas psiquiátricos.
En esa misma década, creció tanto que terminó recibiendo capitales norteamericanos del grupo Rockefeller, de Ford Motor Company y de la compañía petrolera Standard Oil. Como era una época en la cual valía la pena invertir en Alemania, los grandes capitales multinacionales entraron a financiar todos los proyectos que estaban contaminados del pensamiento hitlerariano.
Fue antes de estallar la Segunda Guerra en que la Compañía de Aluminio de América (ALCOA) y la Dow Chemical Company llevaron los conocimientos que se tenían sobre el fluoruro de sodio. IG Farben terminaría teniendo todo el monopolio del flúor y surtía empresas de aseo que han sobrevivido hasta hoy día.
Como es sabido, los nazis se beneficiaron enormemente de la tecnología de muchas multinacionales y estas vendieron y financiaron la máquina de guerra que se llevó en los países ocupados, los campos de concentración y los campos de prisioneros de guerra. IG Farben ayudaría en este propósito aplicándole flúor al agua que se consumía en estos sitios, algo que comúnmente se conoce como fluoración del agua.
Las investigaciones de la Post-guerra
Así como el creador del cohete espacial, Wernher von Braun, un nazi que había sido reciclado por los estadounidenses porque había inventado los cohetes de balística con los que Hitler atacaba Inglaterra, muchos otros científicos alemanes acabaron trabajando en EEUU.
Charles Eliot Perkins fue el científico de EEUU que descubrió las investigaciones que hizo IG Farben en la Alemania nazi y las llevó a su país. Se dio cuenta de la utilidad del flúor para controlar a la población si ella era depositada en el agua con la excusa de limpiarla.
En vez de juzgar dichas investigaciones como actos de lesa humanidad, se creó uno de los proyectos más grandes de la CIA que tenía el propósito de crear nuevas formas para controlar el comportamiento humano. Así el flúor terminó volviéndose un componente industrial que nos llegó a todos en barras de crema dental.
Dos años después de finalizada la SGM, ALCOA siguió los experimentos que tenían en Alemania y esta vez en EEUU. De la mano de Gerald Cox y de Oscar Ewing, llevaron la fluorización a todos los acueductos del país. No fue difícil para ellos, pues se habían beneficiado de la guerra demasiado y podían comprar a cualquiera, hasta al legítimo gobierno de su país.
Un residuo mortal
ALCOA tenía el beneficio de ocuparse de otros negocios con el aluminio. El fluoruro era uno de los desechos que arroja los innumerables productos de la empresa, comenzando por los explosivos, armamentos y fertilizantes que fabrican. El beneficio fue tan grande en su momento que se logró pagar un instituto de investigación dental.
El Instituto Nacional de Investigación Dentales de EEUU nació así. Se experimentó el flúor con muchos animales y algunas conclusiones investigativas no se sacaron a la luz. Nicholas Leone evidenció que el flúor podía ser mortal y causante de varias enfermedades mentales.
Eso le importó poco a los que crearon los calmantes a base de flúor, incluso las famosas pastillas para el dolor que todos tomamos sin preguntarnos de qué están hechas. Esto a la final benefició a las multinacionales que ya mencionamos.
La campaña de estas grandes empresas continuó en otros países y hoy en día participan en la fluoración de la mayoría de acueductos citadinos de América y Europa.
Las últimas investigaciones
La toxicóloga Phillis Mullenix de la Universidad de Harvard reveló con sus investigaciones, la toxicidad del flúor. Se dio cuenta que el químico produce en el cerebro un déficit mayor del estimado. Concluyó que la fluorización puede producir retrasos mentales a partir del análisis de los efectos neurotóxicos del fluoruro en ratas.
Tristemente sus investigaciones fueron marginalizadas por los grandes institutos de salud dental y salud en EEUU, incluso se le apartó y las grandes organizaciones concluyeron que estaba loca. No le dieron gran importancia.
Los críticos efectos en el Coeficiente Intelectual son otros de los resultados que Mullenix mostró con su investigación junto con efectos radioactivos y problemas del sistema nervioso central. Los niños son los más afectados por la fluorización por el indefenso hipocampo cerebral, esto los hace más sensibles a ser controlados.
Actualmente esta información se ha mantenido al margen de la sociedad internacional, sólo el hábil lector observará las pruebas, las fuentes y tomará una decisión del consumo que haga de los productos con flúor. Las investigaciones señalan que un bajo consumo de este químico no afecta. Lo cierto es que el cuerpo difícilmente puede sacar este flúor que ya llevamos dentro.
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