Komodo
El Dragón de Komodo es el lagarto más grande del mundo. Titán aún entre los lagartos monitores, puede llegar a medir 3 metros y alcanzar 70 kilogramos de peso. Habita en las islas de Komodo, en Indonesia, donde se ha convertido en el depredador supremo de su ecosistema.
Para cazar, muerde a sus presas (que pueden incluso ser búfalos de agua) y espera pacientemente a que la mordedura los debilite. Aunque originalmente se pensaba que su mordedura era mortal sencillamente por la impresionante cantidad de virus y bacterias que habitan en su saliva, hoy se cree que tienen algún tipo de veneno, aunque no se ha podido demostrar del todo.
En cualquier caso, el punto es que los dragones de komodo tienen una flora bacteriana incomparable en sus bocas. Se trata de una flora con la que conviven, que ingieren con cada comida y que se filtra a su torrente sanguíneo cuando tienen alguna herida en la boca.
Ah, y que no les daña en absoluto.
Sangre de Komodo
Esto ha llevado a los científicos a preguntarse por la manera como funciona la sangre de los dragones de Komodo. Análisis han revelado la presencia de sustancias llamadas péptidos catiónicos antimicrobiales (CAMPs por sus siglas en inglés), unos trozos de proteínas que sirven para “impulsar” el desarrollo de anticuerpos cuando el sistema inmune detecta una anomalía en la sangre. Los humanos tenemos menos de una decena, los dragones tienen 48, y lo que es más interesante, han sido capaces de eliminar incluso cepas que se han vuelto resistentes a los antibióticos.
Por ahora el estudio ha llegado hasta allí. Como siempre, hay bastantes limitaciones en el tema de la extracción de los péptidos y, más importante, en la obtención de sangre de Dragón, ya que criarlos en cautiverio es un suplicio y en vida salvaje, bueno, no quedan muchos como para comenzar a exterminarlos. Sin embargo, se espera que eventualmente se puedan recrear estos péptidos en el laboratorio y usarlos en el desarrollo de nuevas medicinas.
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