Una tecnología más y más necesaria
Desde las últimas décadas el uso de la Internet ha venido popularizándose en los países industrializados, convirtiéndose en un elemento cotidiano y constante, sin el cual muchos no sabrían, en casos extremos, cómo afrontar la vida misma, la cual pareciera haber hecho pareja inseparable de la red.
Sin embargo, un grupo de científicos en el área de las comunicaciones convocaron a sus principales profesionales, a una reunión extraordinaria a desarrollarse en la Royal Society de Londres, durante mayo de 2015, para discutir un hecho que creen inminente: el colapso del Internet en Gran Bretaña. Según estos investigadores en un lapso de ocho año este país podría vivir una crisis debido al colapso de la capacidad de la red para transmitir información.
¿Podríamos estar alcanzando los límites del sistema?
De acuerdo a una nota publicada por el Daily Mail, el profesor Andrew Ellis –principal promotor de esta convocatoria- señaló que el problema se trata sobre todo en el crecimiento dramático en la velocidad de transmisión de datos así como en la capacidad física de la fibra óptica para haberlo.
El profesor Ellis refirió que, en los últimos diez años, los investigadores pudieron registrar un aumento en las velocidades de la red de 50 veces, que de continuar provocaría un colapso del sistema para el 2035.
En este sentido, el Internet de Inglaterra se dirige a una “crisis de capacidad” ya que la estructura de transmisión con la que cuenta está próxima a no poder cumplir con la demanda de datos, la cual ha venido creciendo gracias a la potencia de los computadores y la incorporación de tablets y celulares inteligentes con planes de datos, así como el boom de la televisión digital.
Profesionales en telecomunicación afirman que en 8 años la cantidad de cables de fibra óptica no alcanzará a cubrir la demanda de datos.
Es decir, según explica en profesor Andrew Ellis, la existencia de cables de fibra óptica, incorporados al uso de enviar datos a nuestros aparatos electrónicos podría ser insuficiente en los próximos ocho años, provocando que la Internet se apague o funcione intermitentemente, al no poder cumplir la velocidad de transmisión que pasó de tan sólo 2 megas por segundo -transmitidas por banda ancha- en 2005 a 100 mega bites por segundo, en 2015.
La respuesta, sin embargo podría ser –según la nota publicada por el Daily Mail- incorporar más cables de fibra óptica al sistema de telecomunicaciones. Sin embargo, esto se traduciría en el aumento de los precios de uso del Internet, es decir, facturas más altas para los consumidores, o en su defecto la fijación de un tope mensual en el uso de la red.
No obstante, advierten los expertos, al ser el cable de fibra óptica un dispositivo capaz de convertir la información en luz para transmitirla, el aumento en el número de estos también se traduce en un aumento de la demanda energética. Actualmente –según ese medio británico- en ese país el Internet utiliza la misma cantidad de energía que usa la industria aérea, lo que se traduce a un 2% de la totalidad del consumo británico.
Sin embargo, ese dato es sólo para la energía usada en la transmisión de datos, si se le suma la electricidad implementada en los ordenadores, teléfonos, tablets y otros dispositivos se llegaría al 8% total del consumo eléctrico de ese país. Lo cual aumentaría directamente al aumentar el número de cables de fibra óptica, traduciéndose nuevamente en subidas de tarifas para los usuarios, que no sólo deberían cancelar –ante esta solución- precios más elevados por el servicio de Internet, sino precios más altos en los costos del servicio eléctrico.
Pero esto, continúan los expertos, sólo vendría a solventar la crisis por unos años, porque el aumento sostenido de los dispositivos de fibra óptica, a fin de satisfacer la creciente demanda de datos, provocaría en 15 años la utilización completa de la capacidad energética con la que actualmente cuenta esta nación de Europa.
Así mismo, los científicos estiman que aunque teóricamente hablar de duplicar la cantidad de cables de fibra óptica pareciera resultar sencillo, en realidad es un proceso bastante complejo que involucraría mucho tiempo y tecnología, ya que la mayoría de estos dispositivos viajan de forma submarina.
Para el profesor Andrew Ellis debe abrirse desde ya el debate, para decidir qué hacer ante esta crisis de comunicaciones que dejaría a la población en la disyuntiva entre pagar el costo económico y energético de continuar aumentando la demanda de datos o plantearse cambiar los hábitos de consumo.
No obstante, esta problemática expuesta por este investigador ha contagiado a otros países, quienes se preguntan si esta situación estará por ocurrir también en otras regiones, las cuales puedan estar también frente a una inminente crisis de telecomunicaciones.
Por tu parte, ¿cuál solución preferirías? ¿Estarías dispuesto a pagar el precio de seguir aumentando tu capacidad de datos o te inclinarías por cambiar tus hábitos hacia la Internet?
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