Funciones del texto descriptivo

En la Literatura actual –a diferencia de la decimonónica- lo textos descriptivos casi siempre se utilizan para describir en el exterior los sentimientos y emociones que puede estar sintiendo internamente el personaje-persona que lleva a cabo la acción. De esta forma, los textos descriptivos buscarían dibujar el contexto emotivo en el que se mueven sus personajes, como un reflejo de su mundo interior, buscando reforzar el estado de ánimo de éste.

No obstante, no son exclusivos del siglo XX, pues si nos remontamos al siglo XIX se podrá ver que en ese momento la Literatura apuntaba casi totalmente a describir lo que el personaje veía, o el narrador presenciaba. De esta forma, se hacían textos descriptivos en relación al paisaje, el personaje, su casa, lo que veía, el paisaje de su ventana, entre otras cosas y elementos descritos por el autor, a fin de poder transmitirle al lector una imagen visual del sitio y contexto en donde se realizaba la acción o diálogo de los personajes. De esta forma, el texto descriptivo es propio de la Literatura en varias épocas, siendo entonces uno de sus fines últimos y principales objetivos poder construirle al lector un cuadro con palabras, a fin de que pueda visualizar mucho más fácilmente la atmósfera interna y externa en la que hacen vida los diferentes personajes que constituyen la historia.

Características del texto descriptivo

Con respecto a las características o particularidades que hacen que este tipo de textos se distingan sobre los demás, las fuentes especializadas refieren que los textos descriptivos se caracterizan por su capacidad de representar con palabras la realidad física de un elemento, por lo que regularmente es identificado con la expresión: pintura con palabras. De esta forma, el rasgo principal de este tipo de texto es la de describir detalladamente las características y atributos de una entidad particular. No obstante, por tratarse a su vez de un texto literario, éste no se basa en la mera enumeración de datos, sino que requiere ser hecha en base a estilos e imágenes literarias.

Estructura literaria del texto descriptivo

En sintonía con la intención literaria con la que debe contar un texto descriptivo, los expertos hablan sobre todo de escoger una estructura que lleve al autor a decidir previamente cómo irá narrando los rasgos de un elemento o paisaje, en pro de cuáles son los principales rasgos que quiera resaltar. En este sentido, la Literatura identifica varios tipos de estructura, como por ejemplo: la espacial (donde la narración sigue determinadas direcciones para ir nombrando elementos según ella); deductivo (de macro a micro); inductivo (de lo concreto a lo general); inverso (de lo formal al contenido o viceversa); importancia relativa (cuando la descripción se basa en los elementos que el autor identifica como más importante para causar un efecto en el lector); generalización (descripciones generales o amplias); lineal (cuando la descripción nombra rasgos de forma sucesiva.

Estructura circular

Sin embargo, hay una estructura literaria que cobra especial atención, en las distintas planificaciones y construcciones que puede seguir un autor que pretenda redactar un texto descriptivo: la estructura circular, la cual puede ser definida como la técnica en la que un autor cierra su descripción en el mismo rasgo o atributo por el cual la inició, dándole con esto a su texto una estructura circular y reforzando el rasgo que se nombra tanto a principio como al final.

Ejemplo de estructura circular en un texto descriptivo

Resulta pertinente entonces ofrecer un ejemplo de cómo podría ser un texto descriptivo, cuyo autor hubiese decidido construirlo en base a una estructura circular:

El largo y triste sauce siempre estuvo ahí, aun en los primeros años cuando el estanque estaba lleno de vida, y los peces podían notarse a simple vista, nadando entre sus cristalinas aguas, que servían de lecho a los blancos cisnes que tu madre pintaba cada primavera. Ella se ponía un poco triste en invierno cuando las parejas de cisnes y sus crías viajaban veloces hacia el sur para escapar de los cruentos inviernos, en donde la laguna parecía dormir silenciosamente. No obstante, siempre estaba la esperanza de la primavera, que llegaba año tras año, estallando con fuerza en cada rincón del paisaje. De eso hace tantos años, con sus muertos y su procesión de dolores y destierros. Todos se han ido, los cisnes, la primavera y hasta la dulce y tierna mirada de tu madre. Solo queda ahí, en el mismo lugar de siempre, el testigo de todo este dolor: el largo y triste sauce, que siempre estuvo ahí, aun en los primeros años, cuando el estanque estaba lleno de vida.

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