Primera etapa:
En el año 1499, Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa y Américo Vespucio, quienes acompañaban a Cristóbal Colón, fueron los primeros españoles reconocidos en la historia, que llegaron a tierras colombianas, recorriendo primero el territorio venezolano y posteriormente, entran por la Guajira. Esta fue la primera etapa de Colombia, la conquista de esa parte norte de las costas.
Dos años más tarde, Juan de la Cosa, junto con Rodrigo de Bastidas, penetraron en la bahía de Cartagena y en las bocas del río Magdalena. Nueve años luego, Vasco Núñez de Balboa, invadió el río Atrato y zonas aledañas a la sierra panameña del Darién.
Diez años más tarde, o sea en 1522, el invasor de Perú, Pascual de Andagoya, arribó a Colombia a través del Pacífico hasta el río San Juan. Más de 20 años tuvieron que pasar, para que los españoles llegaran a conocer medianamente, el territorio de las costas colombianas.
Al principio, le llamaron a Colombia “El Dorado”, por una leyenda que hablaba de una ciudad de oro, donde existían también abundantes riquezas y tesoros. Entonces, creyendo esto, siguieron colonizando hacia el interior centro del país para encontrar la famosa ciudad de oro, etc.
Segunda etapa: Gonzalo Jiménez de Quesada, a través del río Magadalena, recorrió grandes tramos en una expedición bastante compleja, acompañado de 200 hombres, con 60 caballos. Muchos murieron en recorrido. Se asegura que Jiménez de Quesada, fue “el verdadero conquistador de Colombia”.
Quesada llegó a Bocatá, nombre el que devino ‘Bogotá’, en el interior de Colombia, donde había infinidad de piedras preciosas. Después, los españoles le cambiaron su nombre indígena bautizaron la región como “Santa Fe”, la capital del “Nuevo Reino de Granada”. Estos conquistadores venían bajo las órdenes de la reina Isabel la Católica.
En ese territorio de las inmediaciones de Bocatá, emprendieron cruentas batallas en las que asesinaron brutalmente, a todos los indígenas al mando del Zipa. Todo esto ocurría en el año 1537. Después de la masacre, continuaron más hacia el interior del “Nuevo Reino de Granada”, llegando a territorios Muiscas, donde continuaron extrayendo todas las riquezas y tesoros inimaginables, en Sogamoso, donde estaban los principales indígenas del país.
Toda la zona central de Boyacá, era el epicentro de los indígenas ancestros que poblaban la América antes de ser conquistada por los españoles. Allí, vivían el Cacique Tundama, Maquetá, el de Guatavita y muchos otros poderosos. Pero de todas maneras, fueron masacrados y sus tierras robadas, junto con sus propiedades valiosísimas.
Tercera etapa:
En esta nueva etapa, en la que ya el centro del país estaba casi totalmente dominado, aparece otro español de renombre, don Francisco César, quien se movilizó por San Sebastián de Urabá y la sierra de Abibe. Toda esa zona sur del país era su misión conquistarla, junto con Juan de Vadillo, quien dirigía las matanzas en el Cauca, en Cali y toda esa región, donde también estaba el comisionado de Belalcázar y Jorge Robledo.
Por otro lado, en 1542, Hernán Pérez de Quesada, el hermano de Gonzalo, atravesando Boyacá llegó a tierras casanareñas, para luego proseguir al valle de Sibundoy y Pasto. A Francisco Orellana le correspondió la zona del Amazonas.
Cuarta etapa:
Ya casi todo el territorio nacional estaba totalmente conquistado y aniquilado. Se habían fundado ciudades españolas en lo principales puntos indígenas como Santa Marta, Cartagena de Indias, Cali, Popayán, Bogotá, Pasto, Tunja, Pamplona, Ibagué, Barranquilla, Manizales, Medellín, Socorro, etc. Por provincias se dividió el país y en audiencias.
La Audiencia de Santa Fe, regía a las ciudades de Popayán, Santa Marta y Cartagena. Ene l año 1550, en Santa Fe se fundaron los primeros monasterios Dominicos y Franciscanos. Las catedrales eran erigidas encima de los templos indígenas, como la de Tunja, Cartagena, Duitama, entre otras. Al frente ubicaban la casa real de gobierno.
Aparte de ser robados y masacrados, los sobrevivientes fueron sometidos a las costumbres y al sistema social que implantaron los españoles. Y por si fuera poco, les obligaban a pagar insólitos y tremendos impuestos, que tiempo después el oidor Angulo ayudó a disminuir.
Fue cuando el rey Felipe II sintió amenazada su autoridad, cuando se suprimieron las famosas audiencias y se creó la presidencia de la república. Cada presidente gobernaba por siete años, pero luego, volvieron las audiencias y viceversa.
En el 1596, la presidencia quedó en manos de uno de los españoles más sangrientos de la historia, quien de apodo llevara el nombre de “doctor sangre”, don Francisco Sande. En las costas colombianas, como en Cartagena, también llegaron muchos piratas europeos de Francia e Inglaterra, como Drake en 1586.
Durante todas las etapas, la sangre derramada es incontable y las riquezas que se llevaron, incalculables. Sogamoso, por ejemplo, tenía un templo totalmente hecho de oro y fue desvalijado. Todo se lo llevaron. Las formas de gobierno actuales, son los residuos y la evolución de la política española de esos tiempos.