Viajes espaciales
La conquista del espacio es quizás el sueño más recurre y también el más imposible de nuestra civilización. Es cierto que ya hemos llegado a la Luna, y es cierto que seguramente en este siglo llegaremos a Marte (quizás incluso logremos construir allí una colonia). Pero también es cierto que los viajes espaciales presentan limitaciones que por ahora no sólo no podemos solucionar, sino cuya solución somos incluso incapaces de imaginar.
La distancia es uno de estos grandes problemas. La obtención de energía es otro. Pero uno de los problemas se remite a un asunto mucho más banal: el almacenamiento de suficiente materia para expulsar en forma de combustible durante el viaje.
Viajar en el espacio es fácil. Una vez que logra salir del planeta, una nave únicamente debe lanzar algo en una dirección para moverse en la dirección contraria. Entre más rápido dispare el objeto en cuestión, más energía obtendrá. Pero debe lanzar algo.
Y si pensamos en viajes interestelares esto se vuelve una limitación seria, pues aún si la nave tiene una fuente energía que le dure todo este tiempo su espacio es finito y eventualmente se quedará sin cosas que lanzar.
A menos que inventemos un motor capaz de mover lanaren sin lanzar nada.
El EmDrive
El EmDrive fue un extraño motor fabricado hace dos años por el científico estadounidense Harold White. Consistía en un dispositivo capaz de generar un campo de microondas en el interior de una cámara de resonancia en forma de cono. Sin expulsar nada al exterior, este dispositivo era capaz de generar algo de empuje, una cantidad pequeña, es cierto, pero existente.
El asunto saltó a los medios porque el dispositivo parecía violar la tercera Ley de Newton. Esta ley establece que para lograr una acción debemos generar una reacción opuesta o viceversa. Esencialmente, significa que la nave debe lanzar algo para moverse en la dirección opuesta.
Así se suponía que funcionaba
Pero este motor no lanzaba nada y sin embargo parecía capaz de mover una nave espacial. ¿Cómo era posible?
El misterio perduró dos años. Lamentablemente para los viajes espaciales, recientemente un laboratorio alemán parece haber encontrado que se trataba de un error y que el EmDrive realmente no genera ningún empuje.
El experimento
En Sevilla, en la Conferencia de Propulsión Espacial, se presentó recientemente un estudio dirigido por el Profesor Martín Tajmar de la Universidad Técnica de Dresde en Alemania en el que demostraban que el EmDrive no funcionaba como se creía.
El Profesor Tajmar realizó los mismos experimentos que habían realizado en los Estados Unidos, y una vez más detectó que el dispositivo sí generaba empuje. Pero fue más allá y analizó a fondo su funcionamiento en medio de campos magnéticos diferentes. Y allí se dio cuenta de que el empuje no era generado por el motor como tal, sino por su interacción con el campo magnético terrestre.
Por supuesto, esto lo hace un dispositivo interesante en la Tierra pero lo convierte en un aparato inútil en el espacio, donde no hay un campo magnético que se pueda utilizar para obtener propulsión. Parece ser que por ahora seguiremos soñando con un motor capaz de moverse en el espacio sin tener que arrojar combustible.
Fuentes:
- https://www.sciencealert.com/impossible-em-drive-test-concludes-external-thrust
Imágenes: 1: sciencealert.com, 2: scoop.it