El bien

Por consiguiente, puede que lo mejor sea optar por pasar revista sobre el concepto que ha dado sobre él Bien, la Real Academia Española de la Lengua, institución que le concede una entrada en su Diccionario, la cual sin embargo cuenta con varias acepciones, puesto que un Bien es también un objeto de propiedad, bien sea privada o colectiva. Empero, en la quinta acepción, el Diccionario centra su atención en el sentido filosófico de Bien, definiéndolo entonces de la siguiente manera:

“En la teoría de los valores, la realidad que posee un valor positivo y por ello es estimable”.

Por consiguiente, el Bien será estimado –desde la Ética- como el resultado del valor humano de la Bondad, teniendo además connotaciones positivas, es decir, es entendido como el hecho de procurar el bienestar o buen estado de otros, o incluso el propio. De acuerdo a la Psicología, el Bien, y su raíz, la Bondad, –aun cuando depende de la personalidad de cada persona- es un valor inherente al ser humano, pero también puede ser uno de los principales valores que requiere una sociedad positiva, en donde todos sus miembros procuran una convivencia armónica.

En consecuencia, el Bien es un valor que se encuentra estrechamente relacionado con otros valores humanos como la solidaridad, la empatía, el respeto, la consideración, el amor, el compañerismo, además de ser uno de los ingredientes fundamentales de la Sinergia, así como de una sana convivencia entre semejantes.

Frases célebres sobre el Bien

Por esto, no es de extrañar que el Bien sea un asunto que haya llamado la atención de los principales pensadores de la Humanidad, en sus distintas épocas. A continuación, algunas de las frases más célebres de la Historia con respecto al Bien:

Platón (427 a.C. – 347 a.C.)

Buscando el bien de nuestros semejantes encontraremos el nuestro.

Un ejemplo de cómo la Filosofía se ha preocupado por el Bien, considerándolo el componente estrella para una vida armoniosa en comunidad, así como para el encuentro con la propia felicidad, es esta frase de Platón, filósofo griego para quién procurar el bien, o bienestar de los otros, era el camino que todo individuo debía seguir para encontrarse de frente con la felicidad y el bienestar propio, algo así como si el bien que el humano envía a otros, se refleja en su propia vida.

Paul Brulat (1866 -1940)

Basta un instante para hacer un héroe, pero se necesita una vida entera para hacer una persona de bien.

Sin embargo, “hacer el bien” no es un asunto tan sencillo, puesto que la bondad, así como se relaciona con otros valores positivos, también debe reñirse y enfrentarse a otros sentimientos que resultan inherente al humano, como lo son la envidia, la ambición, el sentido de competencia, la rivalidad, entre otros. Por lo tanto, ser una persona de bien, o que siempre actúe desde el bien, requiere un ejercicio personal diario, pues no se trata de realizar acciones buenas de forma aislada, sino que debe ser un comportamiento coherente y sostenido en el tiempo, al punto que estos otros sentimientos negativos queden relegados, y se imponga el Bien en las acciones cotidianas del individuo.

Proverbio árabe

Castiga a los que te envidian haciéndoles el bien.

Otro de los sentimientos negativos con los que el hombre debe luchar, para continuar haciendo el bien será la venganza, puesto que al estar en el Mundo, el hombre encontrará a su paso personas que no le favorezcan, o que por el contrario le incomoden o hagan cosas negativas. La naturaleza salvaje del hombre puede llevarlo quizás a querer reaccionar también desde lo negativo, e infringir un mal a quien le ha procurado uno.

Empero, la sabiduría popular, en este caso preciso, la de los pueblos árabes, señalan que en realidad esta no es una opción, y que la mejor forma de castigar a quien hace daño es pagándole con el bien, puesto que además de hacerles sentir mal, quizás –especulando sobre este refrán del pueblo árabe- pueda enseñarles a cómo obrar en la vida.

Rabindranath Tagore (1861 – 1941)

El bien puede resistir derrotas; el mal no.

Y es que de hecho, según opinaba este poeta y filósofo indio, Tagore, si la persona se convierte en una persona de bien no sentirá en sí la necesidad de vengarse una vez que otro le haya hecho una afrenta, o incluso haya perdido en buena lid, puesto que según planteaba este autor, premio nobel de Literatura 1913, el bien –quizás porque también es sabio- comprende que en el mundo no siempre se gana, por lo que es natural sufrir derrotas, aceptarlas y aprender de ellas, mientras el mal se caracteriza por ignorar esto, y por el contrario estar siempre sediento de venganza. Por ende, el bien puede ser considerado igualmente un mecanismo de aprendizaje.

Concepción Arenal (1820 – 1893)

El mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas.

Siendo un valor bastante necesario, y desgraciadamente escaso, el bien se encuentra bastante estimado, por lo que en todas las épocas las personas que lo practican son vistas como verdaderos héroes a los que hay que premiar. Empero, tal como opinaba esta autora española, en realidad el mejor premio o gratificación que puede recibir una persona buena, o que practique el bien, es ver cómo sus semejantes comienzan a imitarla, pues se llenará de satisfacción al pensar que el bien tiene oportunidad de expandirse por el mundo.

Marco Aurelio

Mira bien dentro de ti. Allí está la fuente del bien, jamás exhausta si la vas ahondando.

Empero, la Bondad no puede ser vista como un rasgo de algunos, ausente en otros, puesto que –de acuerdo a lo que ha señalado la Filosofía- el Bien se encuentra en todos los seres humanos, es decir, es un sentimiento inherente a la condición humana. Un ejemplo de esta perspectiva puede ser la frase de este emperador romano en donde se expresa cómo en cada ser humano se encuentra una fuente de bondad, que no tiene fin, pero que debe descubrirse.

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