El aburrimiento, esa sensación de sentirse hastiado de algo. ¿Cuál es el origen? ¿Por qué nos sentimos aburridos ante determinada circusntancia o situación? Por ejemplo, ante una conversación, ante una persona.
Reflexiones, mensajes y frases sobre el aburrimiento
Nos aburrimos básicamente por tres razones: por que no ponemos atención a lo que hacemos, porque no nos atrae algo y, porque no encontramos nada que hacer.
El tedio es una enfermedad del entendimiento que no acontece sino a los ociosos.
Concepción Arenal.
Cuando no ponemos atención a lo que hacemos, entonces eso que realizamos se vuelve monótono y aburrido, nos parece que es igual cada vez que lo realizamos. Por ejemplo, el leñador podría decir que está aburrido de su labor, pero sólo porque la ha mecanizado. Si ese leñador pusiera toda su atención, descubriría que cada árbol que corta tiene su propia historia, y que no es igual que el anterior, sino que es difererente.
Cuando el aburrimiento llega, la magia se pierde
Y no diferente podríamos decir, por ejemplo, de estar con una mujer o con un hombre, en una relación de pareja. ¿Comprendes las implicaciones de aburrirse? Si yo me aburro a los 5 minutos de hacer algo, si no soy capaz de llevarlo hasta su fin, si no soy capaz a cada instante de encontrar un nuevo encontanto, estoy mal, y esos breves instantes son la réplica de mi estado psicológico de toda la vida.
Y posiblemente eso me pase también en mi relación de pareja ¿por qué? Por que he perdido la capacidad de asombro, y no me doy cuenta que quizás el jardín hoy tiene otro matiz del verde. Si me aburro, siempre voy a ver el mismo verde, pero si no lo hago, cada día sera un milagro, y será algo nuevo. Y cada día veré en la mujer con la que comparto mi vida un nuevo florecer, quizás sus pupilas hoy tienen otro brillo, quizás hoy su rostro ha cambiado a otro aspecto.
El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo.
Voltaire
Las células cada día nacen y mueren, de modo que a cada instante cambiamos, y no somos los mismos. Y lo mismo sucedería si todos los días bajáramos al mismo río. Pero si no hemos perdido la capacidad de asombro, si observamos con atención, veremos que algo ha cambiado, que a cada instante el río es diferente. Y eso, por supuesto, impide que entremos en tedio y en aburrimiento.