Material misterioso que viene de allá arriba
Hace apenas un par de días hablábamos de las llamadas “Bestias Atmosféricas”, unas criaturas que supuestamente habitan en los cielos y no se parecen en nada a los seres vivos que hoy conocemos sobre el suelo terrestre (incluso a aquellos voladores). Una de las evidencias más interesantes al respecto de estas criaturas (o de “algo” que está allá arriba) es la periódica aparición en varios lugares del mundo de un material que no tiene nada de natural y es comúnmente llamado “Gelatina espacial” o “Gelatina de estrellas” (Star Jelly en inglés).
El fenómeno consiste en la aparición, comúnmente después de las lluvias de meteoros (según la tradición, al menos), de objetos translúcidos y semitransparentes en las ramas de los árboles, los techos de las casas y el césped. El objeto se asemeja a una gelatina, en ocasiones particularmente etérea, y suele evaporarse al poco tiempo sin dejar rastro. Es raro que la llamada gelatina espacial dure más de un par de horas antes de desaparecer.
No se trata de algo reciente. La primera mención documentada de este fenómeno se dio hace poco menos de un milenio, y varios diccionarios en el siglo XV hablan de “limo estelar” o “limo que cae del cielo” (en latín, assub, aunque se cree que el término proviene del árabe).
Pero ¿cómo puede explicarse este fenómeno? ¿Acaso estamos en verdad ante la caída de un material desconocido? ¿O podemos asumir que se trata de un fenómeno exclusivamente terrestre? Veamos lo que nos dice la evidencia.
¿Cómo explicar el llamado Star Jelly?
Muchas veces las personas creen que cualquier objeto gelatinoso en el suelo automáticamente es gelatina espacial. Esto ha llevado a que varios autores expliquen (con razón) los avistamientos como producto de animales terrestres. Una de las versiones más extendidas habla de los oviductos de los anfibios, que normalmente los pájaros no se comen y dejan caer y los cuales producen una especie de “masa amorfa” que bien podría confundirse con la gelatina espacial.
Otros avistamientos evidentemente eran producto de varias especies de hongos microscópicos que producen limo, de hongos macroscópicos que “Imitan” la gelatina o incluso de restos de los intestinos u otras partes de animales. Estos objetos por lo general emiten un olor fuerte (en el caso de estar en descomposición) y permanecen por un tiempo mayor y no deben confundirse con la aparición de la gelatina espacial, que es menos densa y se evapora a los pocos minutos.
El problema para identificar la procedencia de esta gelatina es, precisamente, su poca duración. Son pocas las muestras que se han tomado y en la actualidad ninguna permanece pues lamentablemente no se almacenaron de la manera adecuada. Los resultados de los análisis tampoco son concluyentes y solo le apuntan a una cosa: el producto no es tóxico y no tiene rastro alguno de ADN.
Lluvias de gelatina
Uno de los encuentros mejor documentados ocurrió en noviembre 11 de 1846 en Lowville, Nueva York (Estados Unidos) cuando un objeto de algo más de un metro de diámetro cayó del cielo y dejó una montaña de gelatina luminosa y con un olor extraño. La gelatina se evaporó rápidamente sin que nadie pudiera explicar su procedencia, y no queda registro de lo que pasó con el objeto. En 1950 un disco de un material semejante se encontró en Pensilvania (también en los Estados Unidos) y al manipularlo “se deshizo en una especie de gel inoloro” y de nuevo se evaporó en pocos minutos.
Se documentan más de 40 apariciones de la masa en los últimos 50 años, la más reciente de las cuales ocurrió en el 2009 en las montañas Cumbrian en Escocia. Tampoco aquí pudo determinarse la procedencia del material antes de que desapareciera.
Entonces, ¿de qué se trata? ¿En verdad proviene del espacio este material? ¿De alguna criatura espacial o de las llamadas Bestias Atmosférica? No lo sabemos, por ahora, y tendremos que esperar a la próxima aparición para ver si podemos averiguarlo.
Fuente de imágenes: 1: tvblogs.nationalgeographic.com, 2: fromquarkstoquasars.com