Napoleón
En los tiempos en que la Revolución Francesa flaqueaba ante sus enemigos externos, un brillante militar llamado Napoleón Bonaparte cambió los destinos de los ejércitos revolucionarios. Bajo su dominio Francia no solo resistió las acometidas de sus enemigos, sino que se convirtió en el poder europeo más importante.
Pero Napoleón no aspiraba sólo a ser un poder europeo. Quería convertir a Francia en una potencia colonial, la que casi había sido con sus colonias de Quebec (perdidas frente a Inglaterra en la Guerra de los 7 años) y Louisiana (perdida frente a España y posteriormente vendida a Estados Unidos).Y sus colonias en el Caribe, y en particular Saint Dominique (que a la sazón daba más recursos a Francia que la totalidad de América a España), eran fundamentales para este propósito.
Y por esta razón, en 1801 (específicamente, el 14 de diciembre) el cuñado de Napoleón, Charles Victoire Emmanuel Leclerc, partió con una poderosa flota de más de 50 navíos hacia Saint Dominique.
La conquista
Los franceses calcularon que la fuerza haitiana al servicio de Louverture era de unos 16.000 hombres. En este sentido, erraron gravemente, pues en verdad el haitiano tenía más de 45.000 hombres, y más de 100.000 haitianos se habían alzado en armas durante la revolución de los años anteriores. Francia, en cambio, había enviado poco más de 10.000 hombres, aunque eran soldados profesionales muy entrenados y mejor armados que sus contrapartes haitianas.
El 29 de enero las tropas francesas arribaron a Saint Dominique y comenzaron una serie de rápidas victorias, conquistando las plazas de Fort Dauphin, Léogâne, Croix de Bouquet, Mirebalais y Trianon. En menos de un mes la totalidad del sur estaba bajo control francés y las cosas pintaban bien para los conquistadores.
Pero los haitianos no se habían rendido. Se habían retirado a las montañas a organizar su resistencia, y aunque su líder (Louverture) sería capturado, algunas guerrillas seguían operando. Y estas guerrillas no habían dejado la esperanza de un país libre.
Y es aquí cuando la historia comienza a confundirse con la leyenda.
El poder del Vudú
¿Recuerdan cuando mencionamos a Cécile Fatosman, la sacerdotisa vudú que acompañó al primero de los próceres haitianos?
Pues no era la única. El Vudú, una extraña combinación entre algunas creencias cristianas y tradiciones africanas, tenía una presencia extremadamente importante en la sociedad haitiana. Y el vudú, como todos sabemos, está muy asociado a la brujería.
Pues bien, cuentan las leyendas que tras la captura de Louverture los sacerdotes vudúes, viendo el peligro que corría la independencia (y ante todo, la posibilidad real de que se reimplantara la esclavitud en la isla), comenzaron a actuar. Sus ritos y tradiciones, sus rezos nocturnos, sus tambores con melodías macabras estaban dirigidos a la destrucción del ejército francés. Y más pronto que tarde, obtuvieron sus frutos:
Francia comenzó a decaer. Miles de refuerzos del continente no cambiaron esta situación.
No fueron las guerrillas haitianas. Fue la enfermedad. Brotes de paludismo, fiebres, diarrea, los ejércitos franceses fueron diezmados por las enfermedades tropicales (o, dirían algunos, por el poder oculto de los sacerdotes vudú). En cuestión de semanas la imponente fuerza francesa había sido reducida a un ejército de hombres débiles, enfermos, con una voluntad vacilante.
Y entonces llegaron noticias de Guadalupe.
Esclavitud o revolución
Resulta que bajo órdenes de Napoleón la esclavitud había sido restaurada en la cercana isla de Guadalupe (otra colonia francesa). Evidentemente las noticias se filtraron, y al llegar a Saint Dominique causaron un verdadero pandemónium.
Hasta entonces, la revuelta no era tan general. Muchos esclavos no habían olvidado que la Revolución los había vuelto ciudadanos, legalmente con los mismos derechos de cualquier blanco. Pero el fantasma de la esclavitud convirtió a cada negro de Saint Dominique en un revolucionario.
Jacques Dessalines
Y así comenzó. Las guerrillas, dirigidas por Jean Jacques Dessalines, avanzan de manera implacable ante un ejército enfermo, incapaz de defenderse. Ciudad tras ciudad caen en manos de los haitianos, que hoy enarbolan una fiereza incomparable. Leclerc, comandante francés, murió de fiebre amarilla junto con 29.000 de sus compañeros. No fueron las armas lo que liberó Haití, fue la fiebre.
En 1804, controlando todo Saint Dominique, Dessalines decretó la independencia de Haití, el nuevo nombre del país. Se convirtió así en la segunda nación americana en declarar la Independencia, antecedida únicamente por los Estados Unidos.
Parte 1
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_haitiana#Antecedentes
Imágenes: 1: questiondigital.com, 2: minci.gob.ve, 3: biografiasyvidas.com