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Más vale prevenir…
Hace un tiempo subí un post sobre unos curiosos maletines-kit para matar vampiros que estuvieron muy de moda a principios del siglo pasado y hasta ahora no he caído en la cuenta de que se me pasó informaros en su momento sobre el uso de dichos maletines. Así que aquí os dejo la información básica para poder matar a un vampiro en condiciones, pues según el país que visitéis, a los vampiros se les llama de un modo en concreto y se les mata también de un modo diferente. No vaya a ser que por falta de información, llegado el caso, vuestro intento de salvar el cuello sea infructuoso por mi culpa.
Si visitáis Albania, matar a un vampiro es bastante fácil. Basta con atravesarle el corazón con una estaca. Sin embargo, en Baviera, para cargarse a un natchzehrer, hay que meterle una moneda en la boca y cortarle la cabeza con un hacha. Por lo que se ve, a más difícil pronunciación, más complejo es el ritual. En Bohemia, por el contrario, basta con enterrar a los ogoljen en un cruce y en Bulgaria, más poéticamente, un krvoijac muere cuando se le encadena a la tumba con rosas silvestres.
Por tierras cretenses, las gentes dan cuenta de los kathakano hirviendo sus cabezas en vinagre mientras los griegos se contenta con quemar las testas de sus brukulacos. En Hungría, con los vampir funciona también lo de la estaca, pero siempre acompañado de un clavo bien metido en la sien. Los irlandeses, que en gaélico llaman al monstruo dearg-dul, apilan piedras sobre su tumba para que no pueda salir. Por el contrario, los macedonios abren el sarcófago y escaldan al vryolakas con aceite hirviendo. Después usan también el dichoso clavo, pero atacan al ombligo.
Los polacos han desarrollado un método preventivo. Cuando sospechan que un difunto puede volver sediento de sangre convertido en un upier, lo entierran boca abajo. En Prusia, el asunto es sencillo: basta esparcir unas semillas de amapola sobre la tumba donde duerme el gierach para que éste no vuelva a levantarse. Resulta lógico que, en Rumanía, la vieja patria del vampiro, que allí llaman strigoiul, se hayan desarrollado las técnicas más complejas: hay que arrancar el corazón y cortarlo en dos, meterle ajos en la boca y clavarle un grueso clavo en la cabeza. En la región de Sajonia lo tienen más sencillo. Un poco de limón en las fauces del neuntoter y listo.
Por desgracia, en muchos países, entre ellos España, no se conocen remedios certeros contra los vampiros. Así que si sufren un ataque en algunos de estos países sin técnica documentada, vayan probando suerte con los remedios anteriores. Alguno de ellos sin duda surtirá el efecto deseado, de lo contrario… prepárense para recibir el bocado.
Posteado por Sinuhé. El pensante.
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