En el ámbito científico, se conoce con el nombre de Microscopio a un instrumento, cuya principal función y característica es la de ofrecer la oportunidad de observar elementos y microorganismos que no pueden ser percibidos por el ojo humano, debido a su pequeño tamaño.
Historia del Microscopio
De acuerdo a los expertos en Etimología, la palabra microscopio parece provenir de dos vocablos griegos: micrós, que puede traducirse como pequeño; y la voz scopéo que significa “mirar”. Se cree que la humanidad está en contacto con este concepto, así con su materialización desde el siglo XVI, momento en el que se registra la invención del microscopio óptico. No obstante, como todos los otros inventos, el microscopio también ha pasado por varias etapas de evolución, lo cual constituyen su historia. Resulta pertinente entonces hacer un recorrido por las distintas fases por las que ha transitado este instrumento científico desde su concepción. A continuación una breve descripción de cada una de ellas:
Invención del microscopio
Con referencia al proceso de surgimiento del microscopio, la mayoría de los textos históricos coinciden en señalar el año 1590 y a Zacharias Janssen como el inventor de este instrumento. Sin embargo, estos primeros microscopios eran bastante simples, pues se trataban apenas de dos lentes colocados de forma en que pudieran ofrecer una imagen agrandada, a través del efecto óptico de la refracción.
Las observaciones de Robert Hooke
Así mismo, fueron varios los científicos los que se interesaron por esta nueva tecnología, hecho que parece quedar demostrado en los trabajos sobre sus observaciones a los capilares sanguíneos que fueron publicados, unos setenta años después, en 1665, cuando Robert Hooke presentara su obra Micrographia.
Igualmente, en ese año, Robert Hooke logró con la ayuda de un microscopio ver una imagen agrandada de un corte transversal de corcho, encontrando que era poroso y estaba formado por pequeñas celdas, a las que este científico denominó por primera vez el nombre de Células. De esta forma, Hooke se convertía en el primer humano en poder ver células muertas. El mundo debería esperar todavía unos años más para que otro científico, Marcello Malpighi, observara por primera vez células vivas, convirtiéndose también en el primer hombre de Ciencias en observar tejidos vivos. No obstante, es a Robert Hooke a quien se le debe la acuñación del término célula, para este tipo de estructuras orgánicas.
Anton van Leeuwenhoek y sus microscopios
Así mismo, en la línea de tiempo de este instrumento científico, resalta la figura Anton van Leeuwenhoek, quien se dedicó, durante la mitad del siglo XVII, a fabricar distintos tipos de microscopios, en los cuales este inventor y científico experimentaba con los distintos lentes y técnicas, las cuales siguen siendo un misterio a la fecha.
De esta forma, con microscopios sorprendentemente avanzados en cuanto al tratamiento y posición de sus cristales, Anton van Leeuwenhoek se convirtió en el primer ser humano en lograr ver bacterias, espermatozoides e incluso glóbulos rojos, hechos que le otorgaron su incorporación en la Roya Society, así como el reconocimiento como el padre de la bacteriología. Así mismo, su trabajo –aun cuando no fue tomado en cuenta en ese momento- sirvió para sentar las bases de lo que demostraría a la larga que la generación espontánea no existía, sino que todo ser vivo provenía de otro. En este sentido, resultan importantes sus observaciones hechas al piojo y sus ciclos de reproducción.
Siglo XVIII, siglo de avances
Durante este siglo se realizaron importantes avances en cuanto a la estructura y funcionamiento del microscopio, lo que les permitió a científicos como Leonhard Euler e Isaac Newton hacer importantes observaciones, las cuales se beneficiaron de gran forma por la implementación de los objetivos acromáticos desarrollados en el año 1740, por Chris Neros y Flint Crown, aun cuando la intervención de John Dollond para mejorar eficientemente su alcance visual. Así mismo, durante esta época, se realizaron importantes ajustes mecánicos a los microscopios, lo cual permitieron fabricar instrumentos mucho más estable, convirtiéndolo además en una máquina menos compleja de manejar.
Siglo XIX y XX, mejor visión
No obstante, sería el siglo XIX en donde se producirían los avances más importantes en cuanto a la capacidad visual de los microscopios. Según resaltan algunas fuentes históricas fue el descubrimiento en el mundo de la Física de los fenómenos ópticos conocidos como refracción y dispersión, así como sus distintas posibilidades las que llevaron a los inventores y científicos lograr la fabricación de objetivos acromáticos de gran alcance visual. Durante este siglo resaltan especialmente la publicación de Ernst Abbe de su teoría sobre este instrumento, la cual significó una verdadera revolución en la óptica de este instrumento, trabajando además para la compañía Carl Zeiss en el desarrollo de microscopios.
Microscopio electrónico y actualidad
Para el siglo XX, el microscopio óptico se encontraba totalmente desarrollado, habiendo llegado a conseguir aumentos de 500X. No obstante, este parecía ser el techo que alejaba a los científicos de su deseo por seguir observando estructuras cada vez más pequeñas, como por ejemplo el núcleo de la célula, y que parecía imposible con la tecnología existente. Finalmente, en el año 1931, Ernst Ruska y Max Knol inventan en Alemania el primer Microscopio Electrónico de Transmisión (TEM) el cual sustituye la luz por un haz de electrones, logrando la asombrosa ampliación de 100.000X. Desde entonces se han sucedido perfeccionamientos y adaptaciones en el diseño y óptica de este instrumento científico que le permitió al hombre abrir las puertas de la microbiología, entre otras disciplinas, y que se convirtió en el símbolo de la Ciencia.
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