La Octava Luna de Saturno
En la mitología griega Jápeto era uno de los Titanes, hijo de Urano y Ea y padre de Atlas y Prometeo, lo que a su vez lo convierte en el antecesor de toda la humanidad. Su nombre se usó para bautizar la octava luna de Saturno porque en la mitología romana los titanes eran hermanos de Cronos (Saturno para los romanos), por lo que tenía sentido bautizar a las lunas acorde a sus “hermanos”.
Fue descubierta en 1671 por Giovanni Cassini, pero no sería hasta el siglo XX que nos daríamos cuenta de las particularidades de este cuerpo celeste. Al igual que Titán, Jápeto tiene características que la convierten en un objeto único en el Sistema Solar, uno que ni siquiera podíamos imaginar que existiese hace unas cuantas décadas.
La Luna Blanquinegra
La mayor parte de los cuerpos celestes tienen una composición relativamente homogénea: se dividen en una serie de capas de composición diferente de manera que los impactos suelen mostrar la capa inferior. En el caso de la Tierra, por ejemplo, están la corteza y el manto como las capas más superficiales.
Esto hace que los cuerpos muestren un solo color. Jápeto, sin embargo, tiene dos colores: en una parte es blanco y en la otra negro, indicando lo que parecería ser contaminación. La mancha negra, aunque considerable, ocupa mucho menos de la mitad del cuerpo celeste.
Acá puede verse el lado «claro» y el lado «oscuro» de Jápeto
Una luna helada
Otra de las particularidades de Jápeto es su composición. Análisis de la densidad de la luna indicarían que está compuesta prácticamente de hielo, pues es demasiado liviana para contener rocas. Esto resulta interesantísimo: estamos hablando de un cuerpo que es casi del tamaño de Titán pero hecho casi exclusivamente de hielo. ¿Cómo puede mantenerse unido un cuerpo así? ¿Qué hace que no haya colapsado ante el impacto de miles de asteroides o meteoritos?
Porque no cabe duda de algo: el cuerpo de Jápeto está lleno de las marcas de poderosos impactos: uno de sus cráteres mide 350 kilómetros de diámetro. Esto indicaría que ha sufrido constantes impactos de meteoritos a lo largo de su historia, pero entonces ¿por qué tiene tan poca roca?
El hielo también hace difícil comprender el porqué de la coloración de uno de sus lados: si fuese una capa superficial de polvo o rocas por un choque con otro objeto sería de esperarse que los meteoritos pronto “rompieran” esa capa y dejaran al descubierto el hielo que se encuentra debajo. Pero no, no hay manchas brillantes en el lado oscuro de Jápeto.
La cordillera ecuatorial
Las fotos de Jápeto muestran una característica verdaderamente única entre los cuerpos del Sistema Solar. En su lado oscuro una densa y marcada cordillera recorre el ecuador: la cordillera se asemeja a la espina dorsal de los animales terrestres y hace prácticamente imposible determinar, con la información actual, la forma real de Jápeto.
Acercamiento a la Cordillera Ecuatorial
Una órbita diferente
A Jápeto lo caracteriza una órbita extremadamente alejada de los anillos de Saturno. Todas las demás lunas de este planeta se encuentran en órbitas casi exactamente ubicadas sobre el ecuador de Saturno, y por lo tanto frente a sus anillos. Jápeto es la única luna de este planeta desde la que podrían observarse estas figuras, ya que las demás se encuentran frente a ellas y apenas podrían mostrar una línea en el cielo.
Gigantescas avalanchas
Ya para terminar, vale la pena resaltar que Jápeto tiene unas avalanchas de hielo verdaderamente monumentales que parecen desafiar las leyes de la física. Los científicos que estudian el fenómeno aclaran que la fuerza detrás de estos movimientos se desconoce, pero que podría deberse a fenómenos de fricción y derretimiento local del hielo en un ambiente que desconocemos del todo. Las avalanchas tienen una fuerza impresionante y se mueven en ambas direcciones, hacia abajo y los lados y en ocasiones incluso hacia arriba por breves periodos de tiempo.
Jápeto es en verdad una anomalía de nuestro sistema solar. ¿Podría ser que fuera un simple satélite?
La teoría de la Nave
Hace algunas semanas hablamos de la Teoría de la Luna – Nave Espacial. Propuesta por científicos de la Unión Soviética, la teoría fue descartada por científicos norteamericanos en las décadas de los 80’s y 90’s.
Sin embargo, si hay un candidato en el Sistema Solar para ser una construcción artificial indudablemente se trata de Jápeto. Este satélite muestra absurdas anomalías de composición (al estar hecho únicamente de hielo), una desviación impresionante con respecto a las órbitas de los demás satélites y una coloración que hasta el momento resulta completamente inexplicable.
A partir de estos datos muchos han comenzado a afirmar que la luna en realidad no es tal, sino que se trata de una construcción artificial total o parcialmente hueca y constituida a partir de materiales pesados. El hielo habría cubierto parcial o totalmente la nave, que en su interior combinaría materiales pesados de construcción y espacio vacío: esto permitiría explicar la baja densidad que muestra la luna.
En 2001: Una Odisea en el Espacio, el monolito más grande, aquel que convertirá al hombre en un dios, se encuentra en la superficie de Jápeto. Quizás Arthut C. Clarke sabía algo que nosotros no: sencillamente erró en la fecha del suceso.
Fuente de imágenes: 1: apod.nasa.gov, 2: 4.bp.blogspot.com, 3: cyberhades.com