Definición de Agua Potable
Según los organismos internacionales con autoridad en tema de salud, se denomina como Agua Potable al líquido acuático, apto para el consumo humano, pues en su composición contiene menos de diez bacterias intestinales por litro, al tiempo en que se encuentra libre de residuos e impurezas químicas y de microorganismos.
Así mismo, otra de las principales características que tiene el agua potable es la de no poseer color, olor ni sabor. Por otra parte, su origen está relacionado con fuentes naturales sin contaminación, siendo de esta forma saludable para los humanos, proporcionándoles fuentes de hidratación, entre otros usos, sin colocar en riesgo sus vidas.
De esta forma, se puede asumir que el agua que llega a la casa, a través de las tuberías, es un agua apta para el consumo humano. Sin embargo, algunos especialistas han señalado que el agua puede contaminarse en el viaje desde las plantas de tratamiento hasta el hogar, e incluso en las tuberías de la casa, por lo que casi siempre es recomendable someter al agua a algún proceso de filtrado o purificación, antes de beberla.
Contaminación del Agua
Sin embargo, aun cuando contenga una cifra de microorganismos o elementos un poco mayor que lo que se asume como segura, se puede afirmar que el agua que llega a las casa es un agua sin contaminación, al igual que la que fluye en ríos limpios, se encuentra en algunas lagunas, fluye desde los nacientes de los ríos o corre a nivel subterráneo. Es decir, que con un simple tratamiento de purificación puede ser usada por las personas para beber, cocinar, bañarse, lavar sus utensilios, asear su ropa o su hogar.
No obstante, el equilibrio químico y bacteriológico del agua puede alterarse muy fácilmente a través de las actividades humanas, haciendo que el agua que sale de las casas, directo al drenaje contenga un alto grado de contaminación. Así mismo, la contaminación del agua puede darse como el resultado de la incidencia directa de productos humanos con alto grado de material químico o bacteriológico en las fuentes hídricas naturales, como los ríos, arroyos o lagunas, así también como las aguas marinas, que a pesar de no servir para el consumo humano, sí son el medio de muchos animales y plantas que mantienen con vida los ecosistemas y sirven para sustento humano, sin contar con que los océanos son la mayor fuente de oxígeno con el que cuenta el planeta.
De esta forma, usando la definición que de ella da la Organización Mundial de la Salud, una fuente de agua se considera contaminada en el momento en que su composición ha sido modificada, al punto de que ya no constituye una fuente segura de uso y consumo para el humano, como lo hubiese sido en su ámbito y estado natural. Basándonos en esto, entonces cualquier elemento no biodegradable, sólido, líquido o bacteriológico que sea vertida a las aguas, alterando su composición e impidiendo que los animales y humanos puedan usarla sin enfermar, constituye un contaminante.
Principales contaminantes de las fuentes de agua
En sintonía con esto, resulta pertinente entonces hacer un repaso de cuáles específicamente son los elementos de uso cotidiano que pueden convertirse en contaminantes de las fuentes de agua, a fin de tomar conciencia de cómo llevar las actividades domésticas y económicas, pues –aun cuando muchos lo ignoran- el agua que llega a nuestras casas y es usada y desechada, regresa a los mares o ríos, después de pasar por plantas de tratamiento (en algunos casos) por lo que la acción de cada ciudadano en su hogar incide de manera directa en la calidad del agua, tanto a nivel regional como mundial. A continuación, algunos de los contaminantes de las fuentes hídricas:
- Aceite, grasa o productos aceitosos: uno de los productos que más daño puede causar al agua y a los animales y microorganismos que en ella habitan son las sustancias aceitosas, las cuales a pesar de no unirse al agua, la contaminan, considerándose incluso que un litro de aceite usado de cocina puede contaminar 10 mil litros de agua, por lo que se recomienda no verter el aceite de cocina por el drenaje. Por el contrario se aconseja guardarlo en un envase de plástico, y al estar lleno botarlo en la basura, con los desechos sólidos. Así mismo, se puede investigar si existe alguna empresa que se encargue de reciclarlo.
- Productos químicos en general: así mismo, algunos componentes químicos, como por ejemplo las pinturas, detergentes, así como elementos abrasivos pueden constituir una gran fuente de contaminación del agua, en este sentido se debe evitar lo máximo posible su contacto con las fuentes hídricas, así como el verterlo directamente también en el drenaje.
- Residuos industriales: igualmente, los desechos industriales constituyen una gran fuente de contaminación para las fuentes de agua, por lo que se requiere una mayor conciencia por parte de los empresarios, a fin de someter las aguas usadas en sus procesos a un tratamiento, en plantas aptas para tal, antes de devolver este líquido a los ríos y mares. También, los ciudadanos deben ejercer la contraloría ambiental, vigilando que las empresas que se ubican en su entorno cumplan con las normas y reglas establecidas en pro de cuidar el ambiente y la salud de los ciudadanos.
- Plástico: a pesar de que puede resultar un poco difícil el hacer llegar elementos de plástico a las fuentes de agua, a través de los sifones de la casa, existen personas que optan por tirarlos directamente en las quebradas, ríos o fuentes de agua que se encuentran en su entorno. Este tipo de elementos, además de no biodegradarse en muchos años, puede ser consumidos por algunos peces y animales, causando su muerte por asfixia u otras complicaciones. De igual forma, algunas bolsas plásticas o arandelas para sostener las bebidas gaseosas pueden convertirse en verdaderas trampas para los animales, tanto acuáticos, como las aves que se alimentan de ellos, colocando en peligro los ecosistemas.
- Residuos vegetales: aun cuando son biodegradables, también se debe tener cuidado con no permitir que los residuos vegetales lleguen a las fuentes de agua, pues además de constituir un riesgo constante de bloqueo para las tuberías domésticas, al llegar a las fuentes hídricas, puede alterar el ecosistema y el equilibrio alimenticio de los animales. Así mismo, pueden estimular el crecimiento de cierto tipo de algas, haciendo entonces que el oxígenos de las fuentes de agua sea usado en su totalidad por esta vegetación, dejando sin este compuesto a los animales que viven en ese medio, así como a los humanos que viven también gracias al oxígeno que es liberado a la atmósfera por parte de los cuerpos de agua.
- Aguas calientes: finalmente, aunque resulte sorprendente para algunos, las aguas a altas temperaturas resultan también un factor contaminante, pues alteran el equilibrio de los ecosistemas. En este caso, se le debe pedir a las industrias y fábricas que no tiren a las fuentes de agua, el agua a altas temperaturas que se generan en técnicas de enfriamiento, por el contrario deberían almacenar esas aguas, hasta que adquirieran una temperatura no nociva, intentando en lo posible de reutilizarla.
Teniendo en cuenta estos factores resultará mucho más fácil entonces el tomar conciencia y medidas de prevención, a fin de evitar que estos agentes lleguen hasta las fuentes de agua. A esta decisión por no contaminar también debería unirse la de no desperdiciar agua, por lo que también se pueden implementar técnicas como las de mantener las llaves y tuberías en buen estado, mantener los grifos cerrados mientras la persona se enjabona, afeita, cepilla o enjabona los platos, no usar la lavadora hasta que la carga está completa, lavar las mascotas, patios y carros usando tobos de agua y no manguera, entre otras medidas que pueden ayudar a preservar la cantidad y calidad de este líquido, vital para la supervivencia.
Imagen: pixabay.com