En el artículo anterior vimos los tipos de argumentos. Sin embargo, a toda argumentación se le puede oponer una contraargumentación, así como a toda tesis se le puede oponer una antítesis. Y es que, de hecho, la contraargumentación es una forma argumentativa más exigente que las anteriores, ya que consiste en exponer una idea para invalidar los argumentos contrarios teniendo en cuenta posibles debilidades del otro o las concesiones que el propio autor haya admitido.
Características de la contraargumentación
La contraargumentación debe caracterizarse por la agudeza e ingenio para entender la posición del otro, para ello se tiene los siguientes principios.
Principios de la contraargumentación
Exige una posición clara. Esto es así ya que confronta dos perspectivas de un mismo tema exigiendo suma precisión, o sea, poseer claridad de ambas posturas y definir la opinión propia.
Requiere una exposición ordenada de ideas. Se deduce este principio del anterior ya que los argumentos están identificados, eligiendo un orden lógico y sencillo para evitar enredos o confusión; el orden varía según los oradores o escritores.
Debe tener una rigurosa coherencia. Los argumentos y contraargumentos deben tener una
relación ordenada, sin olvidar que el objetivo principal es convencer con “ataques” acertados o sólidos.
Se debe plantear una conclusión. Si es claro que se parte de una o varias ideas ajenas que confrontan con las propias, se debe organizar con agilidad una síntesis en la cual evidencie el parecer propio.
Se debe exponer el propósito. En ocasiones se hace explícito, también podría mostrarse
como implícito, en donde el oyente o lector infiere o deduce.
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