Visitantes de diferentes partes del país y del extrangero, disfrutan de la belleza y del paisaje de un pueblito construido dentro de una ciudad, el cual ha sido catalogado como Patrimonio cultural de la nación.
En la temporada vacacional de diciembre y enero, las cifras de visitantes superan a las de los años anteriores, con cerca de 13 mil personas, según reportes entregados por la Administración de Pueblito Boyacense.
Hace 23 años, en 1992, José Ricardo Bautista Pamplona, Ex Secretario de Cultura y Turismo de Boyacá, ideó un gran proyecto que dos décadas después, se ha convertido en una de las mayores atracciones turísticas de la región y del país: El Pueblito Boyacense.
En aquel entonces, el objetivo de Bautista era crear un pueblo en todo el sentido de la palabra, dentro de Duitama, donde habitaran compositores, músicos, escritores, artesanos, escultores y todos los amantes del arte y de la cultura. Entonces, junto con sus más cercanos colaboradores emprendieron la búsqueda del terreno en diferentes montañas de la ciudad.
Así fue como decidieron que el lugar más apropiado para erigir su sueño, era un gran lote ubicado en la vereda de Tocogua, sector El Rosal, pues el paisaje que lo rodea son espléndidas montañas que convencieron al gestor del proyecto de que sería el sitio más adecuado para lograr una perfecta inspiración para los artistas.
Cuando la idea pasó a ser un objetivo avalado por la Administración Municipal, se dio paso a la selección de sus habitantes. Para tal efecto, grandes personajes de la Cultura Colombiana como el maestro Jorge Villamil y el ilustre escritor Fernando Soto Aparicio entrevistaron a los interesados, seleccionando a los músicos, poetas y amantes del arte que cumplían con el perfil planteado para morar en las casas que marcarían la historia de Duitama y de Boyacá.
Teniendo en cuenta que en aquella época, habían sido exaltados siete municipios como los más hermosos del Departamento: Tibasosa, Villa de Leyva, Sáchica, Monguí, Cocuy, Ráquira y Tenza, se construyeron 100 casas distribuidas en siete cuadras. Cada cuadra se caracteriza por tener una plazoleta que representa el parque principal del pueblo que homenajea.
De la misma manera, se edificó una capilla y una plaza de eventos, donde con frecuencia se realizan importantes eventos culturales, como el Bazar de Las Artes en octubre, el Festival Gastronómico en junio, la Novena de Aguinaldos en diciembre y el Festival de Música Sacra en Semana Santa.
Igualmente, se encuentran un hotel, restaurantes, tiendas de artesanías, cafés, bares, panaderías y una tienda de forja, donde en todo momento suenan armoniosamente las notas de la música colombiana y donde se aprecian muebles rústicos y elementos de la cultura ancestral, en calles empedradas, iluminadas con faroles de la colonia.
Muchos tropiezos y graves problemas afrontaron sus habitantes, como por ejemplo que a pocos metros se encontraba el botadero de basura de Duitama, situación que duró varios años en resolverse. Hoy, tan sólo quedan los restos de aquel relleno que causó gran malestar en la comunidad.
Hoy, en todos los departamentos de Colombia, se escucha hablar de Pueblito Boyacense, un rincón exclusivo en Boyacá y un verdadero pueblito dentro de una ciudad, que surgió en la mente de un soñador, pero que hoy es “Un Sueño Hecho Realidad”.