La leyenda de la Ciudad Perdida
Esta es una leyenda muy poco conocida incluso en el mismo territorio colombiano. Es una leyenda curiosa, que recuerda un poco a la ciudad de Erks en el Cerro Uritorco o a algunos clamores de las pirámides en Bosnia. Solo que en este caso el relato se origina en un hombre que clama haber visitado las regiones fantásticas aquí mencionadas. Se trata de la mítica ciudad de Manoa.
“Manoa” es el nombre que algunos conquistadores dieron a la región de El Dorado, que se supone se encontraba perdida en las sabanas del oriente (posteriormente se añadió a esta zona la selva amazónica). Incontables conquistadores perdieron su vida buscando esta legendaria ciudad, otros sobrevivieron y volvieron para contar sus historias de tierras fantásticas. Sin embargo, la ciudad no estaría oculta por razones geográficas, sino que por lo visto existiría en una especie de plano paralelo.
El hombre que afirma haber llegado a ella se llama José Crisanto Lizarazo, un fotógrafo colombiano que dice haber ido a esta ciudad múltiples veces entre 1974 y 1985. Su relato está escrito en primera persona y en él afirma que muchos habitantes de la región conocen la existencia de la ciudad y de los míticos “manoanos”, que viven entre las sombras y no aparecen más que ante quienes desean presentarse. La ciudad estaría junto a una laguna en una región del piedemonte, esto es, de la baja montaña que comunica los andes colombianos con las grandes llanuras del oriente (que se extienden hasta Venezuela).
Escondida en el Oriente Colombiano
De acuerdo con Lizarazo, arribar a la ciudad por medios físicos es imposible. En su primer viaje fue visitado por una mujer (a la que él llama Consuelo) que le dijo que para entrar necesitaba una preparación mucho más profunda, que incluía alimentación, meditación y obtención de una “calma” espiritual. En su segundo y tercer viaje recibió instrucciones semejantes que al final le permitieron ingresar a la mítica ciudad.
Allí dentro reina la paz y la tranquilidad. Las descripciones físicas que este hombre hace de Manoa no son tan detalladas. Por su parte, la descripción espiritual de la misma abunda en referencias al ambiente, donde no existe la pesadez, el odio o el sufrimiento y donde el mismo aire parece llevar la buena nueva a todos sus habitantes.
Manoa, según Lizarazo, es una especie de avanzada espiritual, desde donde se envían instrucciones al resto de la humanidad… o bueno, a quienes estén dispuestos a escuchar más allá de lo obvio. Él sería uno de los “embajadores” de esta región: tal misión le habría sido otorgada allí mismo en una de sus visitas.
Esta ciudad se vincula con otras ciudades legendarias (que, según muchos, se encuentran en la “cuarta dimensión”) que existirían superpuestas con nuestro mundo, esperando el momento para dar creación a la llamada “Nueva Tierra”. Fundada en tiempos antiguos, sus habitantes serían guardianes de esta región desde siempre y se habrían ocultado con la llegada de los conquistadores europeos.
La historia de Manoa tiene una importancia algo personal para mí. Contrario a la mayor parte de leyendas, que parecen parte de un universo lejano, regiones que nadie conoce y nadie visita, esta se encuentra bastante cerca de algunas zonas que frecuento. Dicen muchos que han pasado por allí que sus montañas tienen una presencia extraña. Eventualmente iré allí, y si encuentro algo digno de contar, pueden estar seguros de que aparecerá en estas páginas.
Es una promesa.
¿Conoces una historia semejante en tu ciudad o tu país?
Fuente de imágenes: 1: oocities.org, 2: laschivasdelllano.com.co, 3: mw2.google.com