Leyendas del Reino Unido
En el oriente de Inglaterra existe un pequeño poblado llamado Watton, en cuya entrada aparecen dos niños pequeños, desnudos, sentados en el tronco de un árbol. Quienes conocen la ciudad aprenden pronto a distinguirla por esta peculiar, diría uno tierna figura. Hasta que se conoce la historia detrás de ella, claro: la historia de los niños del bosque. En las inmediaciones del poblado existe un bosque desde tiempos inmemorables conocido como Wayland Wood. Es allí donde comienza esta historia.
El relato tiene siglos de antigüedad (se estima que proviene de la edad media) y habla de dos huérfanos que habían quedado bajo el cuidado de su tío. Sin embargo, tenían la maldición de ser herederos de una pequeña fortuna, por lo que quién debía ser su benefactor decidió entregarlos a dos criminales que habrían de asesinarlos en el bosque, donde sus cuerpos no podrían ser encontrados. Uno de los criminales, conmovido con la ternura de los pequeños, decide ayudarlos en el último momento, por lo que terminará asesinando a su compañero. Tras esto, deja a los pequeños en el bosque con la promesa de regresar en poco tiempo, pero jamás lo hace y el bosque se vuelve el lugar donde morirán de hambre y sed tras algunos días. Sus cuerpos, estipula el relato, se cubrieron entonces con las hojas de un roble.
Esta es la historia que honra el monumento a la entrada de Watton. Después viene la leyenda.
Los bosques, se dice, permanecen rondados por los espíritus de los pequeños. Afines a los robledales, que cubrieron sus cuerpos cuando tenían frío, los dos niños se mueven a lo largo y ancho de la foresta realizando algunos sonidos y apareciendo frente a los desprevenidos visitantes, los cuales jamás pueden alcanzarlos. No se conoce ningún relato en el que los pequeños hayan causado – directa o indirectamente – la muerte de alguien, pero las personas les temen y prefieren caminar en grupos si han de dirigirse a los bosques.
Sin embargo, muchos testigos declaran haberlos visto recargados contra un roble, desnudos, sin siquiera prestar atención a los visitantes. Normalmente permanecerán a la vista por unos segundos y después, jugueteando, correrán al otro lado del árbol donde la persona no podrá volver a verlos.
Orígenes de la historia
La historia de los niños del bosque (Babes of the forest) es muy popular en los países nórdicos y de habla inglesa. Incluso Walt Disney decidió volverla un corto, aunque al final, motivado por el macabro final, consideró una mejor idea mezclarla con la historia germana de Hansel y Gretel e inventar un final feliz para las dos. Sin embargo, incluso la macabra historia original tiene algo semejante a un final redentor, cuando las hojas del roble se posan suavemente sobre los cuerpos fríos, cubriéndolos de la nieve, la lluvia y el lodo.
La primera versión de la leyenda apareció en 1595, impresa como balada en las cercanías de la región. Hasta hace poco nadie sabía si la leyenda había sido verdadera, una transformación de los hechos o una invención completa, pero parece ser que detrás de la historia existe un trasfondo de verdad.
La leyenda habría surgido por la historia de Thomas de Grey, hijo de Edmund de Gray, un rico terrateniente de la región y dueño de Griston Hall. El niño habría quedado huérfano a una corta edad, bajo la tutela de su tío Robert de Grey; sin embargo, el deseo de este último de asegurar la herencia a su nombre lo habrían llevado a asesinar al pequeño. No se conocen las causas de su muerte, solo que fueron un tanto sospechosas mientras visitaba a su madre viuda, y que inmediatamente tras ella el tío se apoderó de la fortuna. La hermana pequeña no aparece en este relato, pero podría haber sido omitida. Lo cierto es que a partir de esta historia parece surgir el conocido relato y la leyenda de los bosques de Wayland.
¿Conoces algún relato semejante, proveniente de lugares naturales donde vivas?
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