Leyendas de la Guerra
Durante la Segunda Guerra Mundial el Reino Unido logró evitar casi de milagro una invasión marítima de la Alemania Nazi. El determinante fue el desarrollo de una poderosa defensa aérea, la flota más poderosa del mundo y, por supuesto, el invento secreto del radar que permitía a la RAF saber con anticipación la llegada de las aeronaves de la Luftwaffe.
Por supuesto, revelar un secreto de este calibre podría llevar a una estrategia de los nazis para evitar la interceptación de las aeronaves. Así mismo, no era conveniente que la población británica supiera de los radares. Varias historias se inventaron para justificar las defensas británicas y dar moral a los habitantes… pero las autoridades estaban interesadas en algo más grande. Algo que simultáneamente hiciera temer a los alemanes una posible invasión y motivara a los soldados a defenderse.
La oportunidad llegó casi por accidente. El Mayor encargado de la división de propaganda comenzó un rumor tras la prueba de un lanzallamas oculto en las playas de que la armada británica tenía tecnología suficiente para incendiar las costas de la isla y repeler así una posible invasión germana. John Baker White, a cargo de esta división, pronto recibió luz verde y comenzó a distribuir el rumor de manera masiva.
Un Plan maestro
El plan consistía en hacer creer a los alemanes (y a los mismos ciudadanos británicos) que una serie de válvulas ubicadas en torno a toda la costa británica eran capaces de liberar un líquido que incendiaría los mares. La ganancia era triple: por una parte se distraía a la opinión pública del tema del desempeño de la RAF, por otra se levantaba la moral de las tropas y por último se sembraba el miedo entre los altos mandos alemanes.
El término “Fuego británico” se acuñó tras el término del “fuego griego”: un arma secreta del Imperio Bizantino capaz de lanzar un líquido ardiente a los barcos enemigos, encendiéndolos en llamas. La leyenda llegó al punto de que varios oficiales nazis capturados revelaron el temor de los mandos alemanes en el supuesto dispositivo británico.
La demora en invadir el Reino Unido garantizó un centro de resistencia desde donde luego los aliados contraatacarían y recobrarían Francia. Y puede que esta decisión no solo fuese tomada de acuerdo con las circunstancias, sino también con la leyenda del Fuego Británico.
¿Conoces algún caso semejante de propaganda?
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