Las festividades que la sociedad ha implantado, especialmente con fines comerciales y de consumo, han sido muy acogidos por la población en general. Pero hay quienes han acogido tales fechas cual si fueran días sagrados, como la mujer protagonista de esta historia que al ver que su esposo no le llevó flores el “día internacional de la mujer”, le apuñaló los órganos genitales.
Un olvido que casi le cuesta los testículos
Los hechos ocurrieron en Rumania, en la localidad de Dragomirestitras. Ese día, después de una jornada de labores, Ionel Popa que para entonces contaba con 39 años, llegó a su casa como de costumbre, sólo que se le había pasado por alto la fecha de celebración de la mujer y no llevó ningún obsequio a su cónyuge.
Entonces, ante la indiferencia del hombre y con la esperanza frustrada de un detalle, Marinela Benea de entonces 40 años, se abalanzó sobre su esposo, lo tomó de los testículos y tiró con todas sus fuerzas, además de violentarlo con un cuchillo en sus partes íntimas.
En ningún momento la mujer alborotada negó sus actuaciones; incluso, sin pena alguna, comentaba abiertamente que el sujeto se lo merecía y que estaba muy sorprendida de su fuerza. Añadió además, que estaba cansada de que su marido no le colaborara en los quehaceres del hogar. La pareja decidió casarse al quedar embarazada Marinela, 15 años atrás.
“El hombre tenía una herida abierta severa en su escroto. Nos dijo que su esposa lo había atacado porque no le obsequió flores en el Día Internacional de la Mujer”, atestiguó Aurora Popa, uno de los paramédicos que atendieron al herido.
La mujer confesó todo
Varios medios de comunicación arribaron al hospital y Marinela accedió sin problema alguno a las entrevistas. En una de ellas dijo: “Ionel recibió una botella de vino por una jornada de trabajo en lugar de que le pagaran, y llegó a casa borracho”, explicando que cuando Ionel se embriaga, su personalidad se transforma y se torna agresivo. “Toda la noche me hizo mantener el fuego prendido porque tenía frío y lo hice para no discutir. En la mañana, abrí las cortinas y le dije que saliera a trabajar, o que al menos ayudara con los quehaceres del hogar, pero él me gritó que yo no tenía derecho a darle órdenes”, añadió.
Pero justo cuando el esposo le contestó de esa manera, fue cuando la mujer se lanzó totalmente enfurecida hacia sus testículos, sin medir consecuencia alguna. Afortunadamente, los médicos realizaron una buena labor en una dolorosa cirugía y Ionel se recuperó satisfactoriamente. De seguro, ya lo pensará dos veces en volver a hablar mal a su mujer y olvidar el regalo del 8 de marzo y ni qué decir del cumpleaños.
Esas efemérides se celebran desde el año 1908, en el que casi 150 mujeres perecieron calcinadas en una fábrica textil de la ciudad de Nueva York, a consecuencia de un enorme incendio causado con bombas que les fueron lanzadas, por manifestarse en contra de los escasos sueldos y espantosas condiciones de trabajo que debían afrontar las empleadas.
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