Un nuevo planeta hermano
El pasado 22 de Julio portavoces de la NASA afirmaron que habían encontrado un planeta muy parecido a la Tierra ubicado a 1400 años luz de nuestro planeta, en la constelación de Cygnus. Aunque la misión Kepler (dedicada precisamente a buscar este tipo de planetas) ha identificado hasta el momento unos 1000 cuerpos celestes en la llamada “zona habitable”, este planeta es el primero en asemejarse mucho a la tierra.
La “zona habitable” define el espacio en torno a un sol en el que el agua puede permanecer en estado líquido, y por lo tanto en el que podría desarrollarse vida como la conocemos aquí. El planeta, bautizado Kepler 452b se encuentra en una órbita muy semejante a la terrestre en torno a un sol de tipo G2, como el nuestro, y tiene un tamaño apenas 60% superior al de nuestro planeta.
Lo más interesante del asunto es que el año de Kepler 452b es apenas superior al año terrestre: de 385 días. El sol de este planeta también es ligeramente más grande que nuestro sol, y el planeta tiene una órbita un 5% más alejada que la nuestra. De acuerdo con los astrónomos, las evidencias indican que un planeta ubicado en esta posición tiene una alta probabilidad de ser un planeta rocoso.
¿Podría haber vida en este planeta?
Sin embargo, hay pocas probabilidades de que Kepler sea un planeta habitado. De acuerdo con la NASA, se encuentra en un estadio de desarrollo mucho más avanzado que el nuestro (de alrededor de 6 mil millones de años, contra 4500 de nuestro sistema solar). Esto indicaría que está recibiendo de su sol una cantidad de radiación considerablemente superior a la nuestra, y, de ser un planeta rocoso con agua, podría haber entrado en un ciclo de invernadero (como Venus) que habría acabado con sus reservas de agua líquida.
Sea o no la llamada “Segunda Tierra”, el descubrimiento de Kepler 452b nos indica que puede haber miles de planetas semejantes a la tierra, y, por qué no, que en alguno de ellos podría haber vida, como en el nuestro. ¿Cuándo creen que podamos encontrar un planeta así?
Fuente de imagen: iflscience.com