Los planetas áridos
Como algunos sabrán los planetas del sistema solar se dividen, a grandes rasgos, en dos: planetas rocosos y planetas gaseosos. Nuestra Tierra pertenece al grupo de planetas rocosos, entre los que se incluyen también Marte, Venus, Mercurio y el lejano Plutón.
Los planetas gaseosos son monstruos que aún nos resultan incomprensibles. Tienen un diminuto núcleo rocoso o metálico, semejante a uno de nuestros planetas, pero su gigantesca atmósfera de hidrógeno compone la mayor parte del planeta y no sabemos bien cómo funcionan en su interior.
En cambio podríamos dividir los planetas rocosos en dos: aquellos que tienen lo que podríamos llamar “clima” y aquellos que no. En el primer grupo se pensaba que estaban únicamente la tierra y Venus, mientras que el segundo incluiría Marte, Mercurio y Plutón.
En el caso de Marte se cree que algún momento del pasado tuvo una atmósfera y un sistema climático que pudo parecerse bastante al de la tierra, pero que alguna catástrofe (quizás el choque con un gigantesco asteroide) lo llevó a perder. Una característica interesante de Marte es que su actividad volcánica ya murió: es un planeta árido, la carcasa de un mundo que alguna vez tuvo vida como el nuestro pero cuyo fuego, literalmente, ya se ha apagado.
Algo semejante sucede con Mercurio: al ser tan cercano al sol éste evapora toda el agua que alguna vez pudo tener, convirtiéndolo en una roca árida, desprovista de atmósfera.
Por décadas se pensó que en Plutón sucedía algo semejante: que se trataba de un pequeño mundo helado, desprovisto de vida. Las bajas temperaturas indicaban que el agua, de haberla, estaría congelada, y no había nada que llevara a pensar que otro material podría generar un clima.
Los descubrimientos de New Horizons
Como lo comentamos algunos días atrás, la sonda New Horizons comenzó desde hace un par de meses a enviar imágenes de alta resolución sobre el planeta, las primeras a las que tenemos acceso. Dichas imágenes han sorprendido a los científicos pues revelan un mundo complejo, con actividad tectónica y lo que podríamos llamar volcanes helados (debido, se piensa, al movimiento de gigantescos glaciares), una verdadera geografía montañosa y, recientemente, lo que parecen ser rastros de un sistema climático.
Así, Plutón se uniría a la Tierra y Venus y a las pocas lunas (como Titán) que tienen un verdadero sistema climático. Las imágenes, algunas de las cuales reproducimos aquí, indicarían que en el pequeño planeta hay un ciclo semejante al de la tierra… solo que en vez de agua, involucraría el nitrógeno como su componente más importante.
En efecto, en las imágenes se vislumbra un complejísimo sistema geográfico de cordilleras cubiertas de capas de neblina que parece ser nitrógeno gaseoso. Aunque en las imágenes no se detalla, los científicos de la NASA (con acceso a imágenes más detalladas) afirmaron que entre los intersticios de los sistemas de las cordilleras hay claros signos de un sistema de ríos de nitrógeno líquido.
El sistema correría gracias a algunos glaciares que parecen estar hechos del mismo material, algo así como en la Antártica o en Groenlandia. El problema en Plutón parece ser la presión, que es muy baja para sostener nitrógeno líquido en la atmósfera y generar una verdadera lluvia. Sin embargo algunos científicos consideran que ocasionalmente (quizás varias veces en un año terrestre) podría llover, cuando se dieran las condiciones adecuadas.
Estos descubrimientos convertirían a Plutón, junto con Titán y sus peculiares ríos y lagos de hidrocarburos, en uno de los dos cuerpos conocidos con sistemas climáticos que manejan elementos diferentes al terrestre (el de Venus es parecido, solo que con cantidades altísimas de gases de carbono y vapor de agua). Aunque no es probable que en un entorno así se desarrolle la vida, quizás en un planeta que tenga un ciclo más completo esto sí podría suceder.
Lo único que sabemos es que Plutón no deja de sorprendernos.
Fuente de imágenes: next.clarin.com, 2: theclinic.cl