La sustitución sinonímica, y como su nombre abiertamente indica, consiste en reemplazar algún término de una oración por otro término que deviene como sinónimo, es decir, que quiere decir lo mismo o que se aproxima lo suficiente de modo que la oración no pierde su significado.
Esto se hace con el propósito de no sobrecargar un texto determinado con las mismas palabras, lo que, de no hacerse, lo haría un poco redundante y le haría perder estética.
Sin embargo, la sustitución sinonímica no solamente se aplica a frases, pudiendo hacerse también dentro de párrafos, documentos escritos de toda índole e inclusive libros enteros.
Ejemplo de sustitución sinonímica
Aquejado por una molesta, Juan visitó a un médico amigo. Luego de examinarlo, el facultativo le recetó un jarabe.
Como vemos, en este caso se ha sustituido la palabra «médico» por facultativo. Sin embargo, no son las únicas sustituciones sinonímicas que podríamos hacer. Por ejemplo, también podríamos obtener algo como esto.
Afligido por un dolor, Juan concurrió donde un galeno conocido. Después de chequearlo, el doctor le formuló un remedio.
En este último caso la susticución sinonímica es amplia y, aun cuando es verdad que algunos sinónimos no son estrictos guardano el significado original, sí transmiten con gran acierto la idea principal. Esta es la forma en la que se aplica la sustitución sinónimica y la forma en la que se puede reproducir en las más diveras frases y textos.
Vemos un ejemplo más:
El carro es muy costoso, así que he preferido esperar a que baje de precio.
El automóvil es muy caro, así que he preferido aguardar a que reduzca su valor.
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