De nuevo con el tema de las torturas
Hace algunos días hablábamos de las nuevas torturas que a la CIA le son permitidas gracias a la displicencia de las autoridades norteamericanas y cómo la Agencia aprovechó este nuevo espacio en la legislación para crear un verdadero “reinado del terror” en varios lugares bajo su dominio, incluyendo Guantánamo (cómo no) pero también sitios en territorio continental de los Estados Unidos. El escándalo no se hizo esperar y muchos hoy dudan de la fiabilidad de dicha Agencia, aunque hace algunos años confiaran enteramente en ella.
Pero dentro de los documentos publicados por la CIA hay uno que ha pasado bastante inadvertido. Se trata de un documento que asegura que hay un método de interrogación 14 veces más eficiente que la tortura… basado en la empatía, la conversación y el uso del humor.
¿Por qué es más útil dialogar?
En efecto, de acuerdo con varios estudios de la Agencia parece ser que los métodos que más brindaron resultados no fueron ningún tipo de tortura secreta ni el uso de alguna droga desconocida, sino la simple aplicación de la empatía como método de interrogación. Lamentablemente, parece ser que dicho método jamás se aplicó en Guantánamo y Abu Ghraib (dos sitios célebres por su aplicación de métodos particularmente brutales), pero que gozó de popularidad en facilidades menos importantes.
Parece ser que el impacto psicológico del prisionero al encontrarse con una persona (y no una máquina de interrogación) era considerable. Más cuando normalmente viven en regiones que consideran a los norteamericanos una representación del mismísimo demonio. Un interrogador solo identificado como Andrew daba las siguientes afirmaciones a una entrevistadora en Estados Unidos:
“Utilizamos técnicas que manipulan a la gente, pero no los lastimamos física o psicológicamente. Se dan cuenta de que esta no es la fachada del gringo malo que les han hecho creer. Les cambia la perspectiva, y de algún modo también la actitud hacia sus organizaciones, y piensan ‘¿Por qué me mintieron?’
Luego de eso, comparten más fácilmente sus secretos con nosotros.”
Lo más interesante (y deprimente) del asunto es que dicho sistema jamás se aplicó en los lugares más brutales manejados por la CIA… a pesar de que sabían que las torturas violentas y sádicas no llevan a ningún lado (contraproducente es el término usado por los mismo documentos de la Agencia). Parece ser que en estos lugares la CIA no está interesada en obtener información, solo en aprender cuál es la manera más eficiente para destruir física y mentalmente a una persona.
Fuente de imagen: cdn.theatlantic.com