Premoniciones en Argentina
Según algunas personas todos nacemos con un destino por cumplir. Algunos venimos al mundo para ser felices; otros para sufrir siempre, al menos eso parecieran indicar ciertas historias como la de Antonia Guadalupe Guerrero y Cueto de Alzaga, mejor conocida en Argentina como Felicitas Guerrero, y quien -según el poeta porteño Carlos Guido Spano- llegó a ser la mujer más hermosa de esa República.
No obstante, de acuerdo a los cronistas, la belleza y el dinero no fueron suficientes para otorgarle la felicidad a esta famosa mujer de la sociedad de 1830, quien fue casada por sus padres a los 16 años, en un matrimonio arreglado, con un hombre que le llevaba tres décadas, pero que era el más rico de toda la nación: don Martín de Alzaga.
Felicitas, como la han conocido generaciones de bonarenses, no se rehusó y aceptó su nueva posición como esposa de Alzaga. Muy joven dio a luz a un niño llamado Félix, quien murió a los 6 años. Luego dio a luz un niño que nació sin vida. No volvió a quedar embarazada. Diez años después de su boda, su marido también murió, cuando Felicita tenía apenas 26 años.
Dueña de su vida, de una increíble fortuna y de una enorme belleza, Felicitas se dedicó a su vida, disfrutando de las fiestas organizadas por la sociedad de principios de siglo XIX, donde tuvo muchísimos pretendientes, entre los que se encontraba Enrique Ocampo, quien al verse despreciado por esta mujer, quien prefirió como amante a Samuel Sáenz Valiente, la maldijo y prometió matarla.
Según una crónica publicada por el diario argentino Diario del Norte, Ocampo le gritó una noche “te daré una y mil veces la muerte”, y lo cumplió. El 30 de enero de 1872 una bala de Enrique terminaba con la vida de Felicitas, en su mansión ubicada en lo que hoy es el barrio de Barracas en Buenos Aires. Ante el inmenso dolor de su pérdida, sus padres, únicos herederos de Felicitas, decidieron levantar una iglesia en la que hasta ese trágico día había sido su casa.
Vestido de Felicitas Guerrero, expuesto en el Museo de Santa Felicitas, hecho en su honor
El destino de Felicita
La Iglesia se construyó y fue inaugurada en 1879, en el aniversario de la muerte de Felicitas. Desde entonces, los habitantes de la ciudad dicen que cada 30 de enero pueden ver al fantasma de esta mujer llorando amargamente, contra las rejas, la desgracia de haber muerto después de conocer a su verdadero amor: Samuel Sáenz Valiente, con quien iba a casarse hasta que su despechado ex amante la matara en un ataque de celos.
Así mismo, como señala el Diario del Norte, la Iglesia de Barracas, construida en lo que antaño fuese el escenario de la tragedia de esta argentina, es el centro de los rituales de todos los que sufren por amor, quienes tienen la creencia que al amarrar un pañuelo blanco en las rejas del templo, por la noche Felicitas los regará con sus lágrimas, haciendo que el amor perdido regrese.
No obstante, no todos los mitos en torno a esta Iglesia son felices. Según reseña ese diario argentino, es el templo de Buenos Aires donde menos gente se casa, ya que, las parejas felices tratan de huir de sus inmediaciones, en las cuales hay historias de crímenes pasionales y suicidios relacionados con amantes desdichados que decidieron culminar trágicamente su historia romántica en este lugar, y que para algunos son consecuencia directa del influjo de la maldición que Ocampo lanzara sobre esta mujer.
Igualmente, el interior de este templo también es protagonista de ciertas leyendas. En él existe una estatua de Felicitas con su hijo de 6 años, que según la leyenda transmite desgracias a quien ose tocarla. Por su parte, los ángeles que reposan en la Iglesia también han sido protagonistas de historia que parecen estar relacionadas con fenómenos paranormales. De acuerdo a las crónicas, en 1981, la Iglesia fue donada al Municipio, el cual inició una restauración. El encargado fue el arquitecto Devincenzi, quien decidió comenzar por las alas de los ángeles. Dicen que cuando empezó a tallarlas, las campanas de la Iglesia doblaron, sin que nadie las hubiese tocado, cosa que –según algunos vecinos- no es raro que suceda de vez en cuando.
Al parecer –según los creyentes- el fantasma de Felicitas sigue atado a este lugar sin entender por qué no puede conocer el amor y ser feliz, mientras llora eternamente la desgracia que cayó en su vida, ayudando con sus lágrimas a que aquellos que hayan perdido su amor lo recuperen. Aunque la leyenda también advierte a los que son felices a que mejor no se acerquen a este lugar, donde aún habita la maldición de Felicitas Guerrero.
Cuéntanos qué piensas de esta historia, y si conoces otro sitio que sea considerado por las personas como un lugar mágico para recuperar a la persona amada, háznosla llegar.
Fuente de imágenes: 1. acciontv.com.ar; 2. destinoytarot.com