Dicta un famoso refrán: “eres lo que comes” y en cierta medida tiene razón si recordamos que cada alimento contiene propiedades y efectos en nuestra salud, y así como algunos son beneficiosos, otros no tanto. En esta oportunidad sin embargo hablaremos de uno muy beneficioso conocido desde la antigüedad por su valor nutritivo y propiedades curativas: el ajo.
Perteneciente a la familia allium y siendo primo de la cebolla, el cebollín y el ajoporro, el ajo constituye uno de los condimentos por excelencia en casi todas las cocinas alrededor del mundo, debido a su gran sabor. No obstante este alimento también ha sido usado como medicina desde tiempos antiguos, siendo empleado, estudiado y documentado como medicamento por civilizaciones antiguas como los chinos, babilonios, egipcios y griegos. Un ejemplo de esto lo constituye Hipócrates, padre de la medicina, quien recetaba ajo a muchos de sus pacientes. Actualmente, muchos son los científicos que han corroborado las propiedades medicinales de este alimento.
A continuación te ofrecemos nueve usos medicinales que puede tener este alimento rico alimento rico en alicina, vitaminas (fuente importante de vitamina C, B6 y manganeso) entre otros nutrientes:
1) El ajo cuenta con propiedades antioxidantes que contribuyen con frenar la oxidación causada por los radicales libres trayendo como consecuencia la prevención del envejecimiento.
2) De acuerdo a un trabajo publicado por El Nuevo Herald, científicos han podido comprobar que dosis elevadas de suplementos de este alimento pueden contribuir a la reducción considerable del estrés oxidativo en pacientes con hipertensión.
3) Así mismo el ajo puede reducir los niveles de colesterol, recudiendo el riesgo de ataques al corazón y otras complicaciones cardíacas. Se ha comprobado científicamente que el ajo incide positivamente en la reducción del colesterol total y LDL (colesterol malo) en aproximadamente diez a quince por ciento. No obstante se ha visto en laboratorio que no presenta la misma incidencia en el colesterol bueno. Igualmente se ha comprobado que no disminuye los niveles de triglicéridos.
4) En este sentido, sus propiedades antioxidantes, así como su efecto positivo sobre la hipertensión y el colesterol hacen que el consumo de ajo pueda prevenir enfermedades degenerativas como el Alzheimer y la demencia senil.
5) Igualmente los científicos han podido comprobar que el consumo de compuestos activos de ajo repercuten de manera positiva en la reducción de la presión sanguínea, mejorando cuadros de hipertensión, previniendo así infartos, derrames cerebrales y otras complicaciones cardiovasculares. No obstante la dosis de ajo requerida para lograr este efecto es bastante elevada, necesitándose por lo menos cuatro dientes de ajo al día.
6) De igual forma los compuestos de azufre presentes en el ajo coadyuvan a proteger al organismo de los daños causados por la presencia de metales pesados en la sangre. De acuerdo al trabajo publicado por el diario EL Nuevo Herald, un estudio demostró que el consumo de ajo puede reducir en un diecinueve por ciento los niveles de plomo en la sangre en un período de cuatro semanas. Igualmente se ha demostrado su incidencia positiva en el tratamiento de cuadros de intoxicación, produciendo una mejora en síntomas como cefalea y reducción de la presión sanguínea.
7) También se ha podido comprobar la eficacia del ajo en la reducción del resfriado común. Los expertos en medicina alternativa recomiendan incorporar ajo a nuestra dieta a fin de mantener altos sistemas de defensa ante el resfriado.
8) De acuerdo a un trabajo publicado por El Nuevo Herald, a pesar de que aún no se ha podido estudiar y comprobar su incidencia positiva en reducir la pérdida de masa ósea en humanos, un estudio hecho en roedores demostró que el ajo aumenta los niveles de estrógenos en los roedores hembras trayendo como consecuencia una reducción de la pérdida ósea. Así mismo otro estudio arrojó que el consumo diario de por lo meno dos gramos de ajo crudo por parte de mujeres menopáusicas ayudaba a aumentar el estrógeno, por lo que puede traducirse en un aliado para la salud ósea de las mujeres.
9) Así mismo, de acuerdo a los expertos, el ajo puede reducir la fatiga y mejorar el rendimiento deportivo y laboral. Históricamente, en Grecia, se le administraba ajo a los atletas olímpicos con la idea de que este ingrediente les ayudaba a mejorar su capacidad corporal. En la actualidad existen muy pocos estudios hechos en humanos. No obstante, según El Nuevo Herald, se ha determinado en laboratorio que los ratones mejoran su capacidad deportiva ante la ingesta de ajo.
En cuanto a los estudios con humanos, luego de suministrar aceite de ajo por seis semanas en pacientes con enfermedades cardíacas se pudo comprobar una reducción de doce por ciento en el nivel máximo de su frecuencia cardíaca lo que se tradujo en una mejora de su capacidad deportiva. Igualmente se ha comprobado la eficacia del ajo en la reducción de la fatiga. Sin embargo, un estudio hecho a nueve ciclistas profesionales sometidos a ingesta de ajo no demostró incidencia en sus rendimientos personales, por lo que hasta ahora no se ha registrado mejoras en el rendimiento deportivo en personas sanas.
Es importante destacar que más allá de estos beneficios el consumo de ajo puede traer efectos secundarios colaterales como mal aliento o sudoración con olor a ajo. Igualmente existen personas que pueden ser alérgicas al ajo, por lo que antes de incorporarlo a la dieta o aumentar su consumo se recomienda consultar con su médico de confianza. Igualmente cabe destacar que el ajo como tratamiento alternativo no puede sustituir la opinión ni tratamiento indicado por un profesional de la medicina. En caso de estar tomando anticoagulantes o presentar algún tipo de trastorno hemorrágico es mejor que consultes con tu médico antes de incrementar el consumo de ajo en tu dieta.
Fuente de imagen: ideasmuysaludables.com