La teoría del metro secreto bajo Tokio Contradicciones en las fuentes oficiales niponas
En el año 2002 el periodista Shun Akiba publicó un libro denominado La Ciudad Imperial de Tokio: secretos de una red subterránea escondida, en el que afirmaba que existe una red secreta bajo las calles de este país. De acuerdo con Akiba, esto podría verificarse al comparar los viejos mapas del metro con los más nuevos: cerca del parlamento (“Dieta” en japonés) en la zona de Nagata Cho, los mapas actuales muestran dos líneas entrecruzadas, que antes eran paralelas.
La ingeniería para hacer un cambio de este calibre, de acuerdo con Akiba, no existe en la actualidad por lo que este hallazgo le motivó a investigar a mayor profundidad qué estaba sucediendo. Al comparar detalladamente los registros, se encontró con seis inconsistencias más que a su parecer indican la existencia de una red subterránea en la profundidad de los suelos de la capital nipona.
La segunda inconsistencia tiene que ver con la aparición de un complejo subterráneo entre Kokkai gijidomae y la residencia del Primer Ministro japonés que no aparece en los mapas modernos. Esta red, oficialmente, ya no existe.
En tercer lugar Akiba menciona mapas de antes de la guerra que muestran la Dieta llena de espacios vacíos alrededor, como si las construcciones de allí estuvieran siendo ocultadas deliberadamente. Esto tiene que ver con la cuarta inconsistencia, que señala múltiples inconsistencias en esta misma zona en los mapas modernos.
De acuerdo con Akiba, también aparecen muchos “puntos de interés” en torno a los cuarteles generales de la posguerra, y los mapas de la reconstrucción de la línea Hibiya son muy contradictorios entre sí. La última inconsistencia es que la “nueva” línea del Edo ya existía en mapas anteriores.
Rutas que no van a ninguna parte
Akiba también considera que una visita al metro puede indicar un montón de inconsistencias con los mapas. Por ejemplo, en el metro de Ginza (que comunica Suehirocho con Kanda) existen innumerables salidas a rutas que no aparecen en los mapas. En la línea de Kasumigaseki a Kokkai-gijidomae también hay una línea clara, visible, a la izquierda, que no aparece en ninguno de los mapas actuales.
En la localidad de Hibiya hay 3 edificaciones bastante grandes que comparten un gigantesco parqueadero subterráneo. De acuerdo con Akiba, los planos de la construcción indican que este espacio ya existía antes de la construcción de los edificios. ¿Quién lo construyó, entonces? ¿Y, por qué?
¿Para qué se usan estas edificaciones?
Y otro misterio importante habla del edificio de la “Dieta” (Parlamento) japonesa: la biblioteca de esta institución tiene 8 pisos subterráneos cerrados al público y en los que nadie trabaja, al menos de manera pública. Varias revistas solicitaron permiso especial para visitar estos lugares y en todas las ocasiones les fueron denegados.
De acuerdo con Akiba, muchas de las líneas ya existían desde años antes de ser construidas, y la cifra actual, que oficialmente tiene 250 kilómetros de túneles, en la realidad estaría más cercana a los 2000 kilómetros. El gobierno seguiría desarrollando túneles subterráneos en secreto, algunos de los cuales luego se convertirían en nuevas líneas del subterráneo.
Para terminar, uno de los lectores del libro escribió a Akiba afirmando que él había trabajado en la construcción de una de las líneas¸ en donde se vieron obligados a usar un taladro de diamante… porque tenían que cortar a través de concreto. El personaje en cuestión incluso le propuso hacer un documental al respecto, aunque, que sepamos, tal documental no se ha hecho público.
Esta es sin lugar a dudas una conspiración bastante interesante. ¿Conoces alguna semejante en una ciudad de tu país?
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