Cuando vemos a un actor desarrollando algún papel en la pantalla, se tiende a pensar que relativamente es algo fácil y cuestión de aprehenderse de memoria unos libretos. Sin embargo, detrás de un personaje del cine, hay toda una complejidad a la hora de poder interpretarlo, implicando tremendos sacrificios el artista, como perder o ganar mucho peso, volarse unos cuantos dientes si es necesario, o hasta residir en una clínica mental.
En esta ocasión hemos recopilado una lista de los actores que terminaron locos y con serios problemas psico físicos, luego de un complicado papel. Veamos quiénes son;
Kate Winslet
A raíz de su participación protagónica en la película “Una pasión secreta”, del año 2008, su mente se vio en serios problemas para poder retornar a la normalidad, puesto que según Kate tuvo que meterse mucho su personaje de un guardia de un campo de concentración en la cabeza, pero casi dos años le costó volver a ser “la misma Winslet”. Ese alto costo fue el que llevó a sus manos el tan anhelado Óscar.
Malcolm McDowell
Realizó una actuación aclamada por cientos de miles de amantes del cine, en el legendario filme de “La naranja mecánica (1971)”. El nombre que adoptó fue el de Alex, un joven con serios problemas de drogadicción y violencia, al punto de ser un verdadero sádico.
Pocas veces se ha visto una fusión perfecta entre un actor y su personaje como en este caso, tanto que McDowell quedó traumado y cuenta que sus noches eran un infierno después de producir esa película, quejándose de terribles calambres. Su estado de locura era tal, que tuvieron que remitirlo un buen tiempo con los especialistas.
Shia LaBeouf
Varios de sus papeles han sido personajes bastante locos y excéntricos, pero sin duda alguna, el filme que dejó a Shia de manicomio, fue su protagonismo en Fury, película para la cual el actor se vio obligado a sacarse un diente y por si fuera poco, mentalizaba de lleno su personaje y por consiguiente, suspendió el baño y el aseo personal diario. Luego de ello, Shia dice que no pudo volver a ser el mismo y necesitó ayuda psiquiátrica.
Pero por si fuera poco, fue seleccionado en el año 2013 para encarnar a Charlie Countryman, en el filme del mismo nombre, tuvo que convertirse en un consumidor de estupefacientes y el problema fue que exageró en ello y su comportamiento se afectó de modo considerable. Su adicción era cada vez mayor y muchas situaciones escandalosas dieron un buen tiempo de qué hablar en los medios. Por ejemplo, en el Festival Internacional de Cine de Berlín, Shia llegó con una bolsa en su cabeza.
Val Kilmer
Este actor fue quien interpretó de una manera formidable a Jim Morrison, en la película The Doors, de 1991. Todos decían que el actor era la viva estampa del fallecido músico y él se iba mentalizando cada vez más y más en su personaje, pero la situación llegó a ser extrema porque Val Kilmer adaptó cada uno de los detalles de Morrison y ya no podía dejar de serlo. Había perdido su identidad original y en la vida real ya nadie le llamaba Val, sino Jim.
Después de largas horas, días enteros y largos meses, el actor fue capaz de aprehender de memoria todas las canciones que cantaba la proeza del Rock. Los antiguos miembros de la banda quedaron asombrados ante semejante imitación tan apegada a los detalles. El problema fue que Kilmer jamás pudo volver a ser él mismo, todo el tiempo era Jim y manifiesta que luchó bastante por sacarse a Morrison de la cabeza, a pesar de recibir los mejores tratamientos psicológicos y psiquiátricos.
Heath Ledger
Es uno de los actores que no sólo terminaron locos, sino que además su locura los llevó hacia la tumba. A sus tempranos 28 años de edad, estaba plenamente obsesionado con su interpretación del Guasón, el cual forma parte de la trama de la película “Batman: el caballero de la noche”, del año 2008.
Ledger permanecía encerrado en la habitación de un hotel, practicando infinitas veces cada uno de los ademanes y modos de hablar del personaje. Escribía juiciosamente un diario, que firmaba como Guasón. Pretendía convertirse literalmente en aquel siniestro Jocker y para ello, dormía menos de dos horas al día, para así modificar su comportamiento y psicología.
Eso lo condujo a luego emplear medicamentos especializados, mismos de los que resultó abusando y falleció de sobredosis de pastillas somníferas, según la versión oficial de los hechos. Literalmente, se transformó en un psicópata despiadado que lo catapultó entre los mejores actores de la historia y ganar el tan anhelado premio Oscar, el cual se lo otorgaron post mortem.
Joaquin Phoenix
Nominado tres veces al Oscar. Sorprendió al mundo del espectáculo cuando fue seleccionado para protagonizar la película Joker, papel para el cual debió transformarse en un villano psicópata lleno de manías y asemejarse lo más posible a aquel personaje de los cómics.
Phoenix dice que no fue para nada sencillo, pues tuvo que perder casi 30 kilos de peso en un corto lapso de tiempo. Estas son sus palabras:
“Lo primero para nosotros fue la pérdida de peso. Creo que eso es realmente con lo que comencé. Y, como resultado, eso afecta tu psicología. Empiezas a volverte loco cuando pierdes esa cantidad de peso en ese tiempo», añadió.
El actor también quedó padeciendo de un trastorno de risa patológica, que consiste en que varios momentos del día y sin ningún motivo lógico, se presentan estallidos de risa incontrolable y grotesca.
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