Alimentarse es una actividad tan primordial, que de ella depende casi todos los aspectos de la vida de una persona, desde su aspecto físico, la vitalidad, la inteligencia, la sexualidad y por si fuera poco, hasta el aroma corporal. Si se llegan a consumir ciertas cosas y además en forma desequilibrada, podrían generarse desórdenes de acidez en el organismo, lo cual pondría en funcionamiento ciertas glándulas sudoríparas y ocasionar un olor desagradable. Esto sucede principalmente, cuando los niveles de ácido se descontrolan en el cuerpo. Ahora veremos: “los alimentos que nos hacen oler mal”:
Chile, ajo y cebollas
Cuando nos arreglamos para un evento especial o una cita importante, lo más común es utilizar una buena loción y un buen traje, pero ciertos detallitos podrían dañar todo aquello y hacer pasar mal a alguien por su desconocimiento. Por ejemplo, comer esta clase de especias, implica que el organismo trabaje por eliminarlos a través del sudor y gases sulfurosos expulsados de manera natural por los poros de la piel. Esto sin contar con el aliento. El chef personal de la familia real británica, dice que esta es una de las razones por las que el ajo está prohibido dentro de la dieta de los monarcas. Los expertos recomiendan tomar un vaso de leche, luego de comer ajo, para evitar el mal olor de boca.
Fibra
Es uno de los mejores alimentos, necesario para el buen funcionamiento del tracto digestivo. Pero lamentablemente, cuando se acumulan el dióxido de carbono, el metano y el hidrógeno que componen esa clase de comida integral, se produce inevitablemente las tan indeseadas flatulencias.
Huevos
Aparte del mal olor bucal que puedan generar, contienen un nutriente muy peculiar denominado colina, que a su vez desencadena la producción de la trimetilaminuria, que se expulsa por los poros y tiene un olor similar al del pescado. Por lo tanto, no es para nada aconsejable comer huevos antes de un encuentro relevante. Si se comen en exceso la cosa sería peor, puesto que el efecto sería una terrible indigestión al punto de quedar ahíto, en cuyo caso las flatulencias y eructos serían de un olor nauseabundo.
Café
La cafeína estimula la activación de las glándulas sudoríparas y entonces se comienza a transpirar, mezclando las bacterias del sudor con las de la ropa y por consiguiente, el mal olor. El efecto diurético del café es el responsable de este proceso, pues el mismo conlleva a expulsar toxinas a través de líquidos.
Lácteos
Consumirlos es aceptar el riesgo de que se produzcan gases, debido a la acción del sulfuro de magnesio, resultante del proceso de descomposición de los lácteos en el estómago. Peor aún cuando la persona no tolera la lactosa. Se trata de alimentos cargados de proteínas, lo cual se traduce en flatulencias y algunas se pudieran escapar involuntariamente.
Carne roja
La carne de res es muy dura para digerir, así que el organismo se toma un buen tiempo en esa labor. En tal efecto, permanece muchas horas dentro de los intestinos y obviamente, su putrefacción no se hace esperar y ello causa flatulencias y un sudor muy característico.
Licores
Principalmente la cerveza, deja un fétido olor en los consumidores. El terrible tufo se ve acompañado de la sudoración excesiva, puesto que es por ese mecanismo que el cuero expulsa esas fuertes toxinas. Si en la mañana siguiente se tiene programada una entrevista, lo peor sería beber alcohol la noche anterior, porque así se utilicen todos los elementos de higiene bucal y fragancias, el aliento y los poros destilarán un olor alicorado.
Brócoli y coliflor
Estas plantas tienen unos compuestos basados en azufre y en algunas personas causan mal olor, porque dichos químicos naturales intentan expelerse por los poros, al estilo de la cebolla y el ajo. Aunque son fabulosos para la salud, no tanto para el aroma. Algunas personas son alérgicas a sus componentes.
Condimentos
Los más usados como el comino, el curry y otras especies, provocan malos olores tanto de boca, como de cuerpo, por la acción de los gases sulfurosos producto de la digestión. No toda la cantidad de condimento consumido se digiere, sino que una parte se va a la sangre y debe liberarse a través de procesos pulmonares o de los poros capilares. Algunos estudios evidenciaron que el efecto indeseable puede tener una duración de varios días.
El pescado
No sucede lo mismo en todos los seres humanos. Hay quienes tienen un sistema metabólico vulnerable a la trimetilaminuria, por lo que huelen a pescado intensamente, cada vez que comen este producto. Igualmente sucede a causa de la descontaminación natural del cuerpo por los poros, sudando, respirando y orinando.
La falta de vegetales
Definitivamente, no comer verduras suficientemente, ocasiona que se empiecen a desarrollar malos olores en el cuerpo, por la ausencia de estos grandes descontaminantes naturales. Los mejores vegetales para evitar malos aromas se estiman entre las espinacas, las acelgas, el berro, entre otros.
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