Cuando un ser muere, se acaba una historia, se manda a descansar eternamente a un cuerpo que dejó recuerdos memorables; este final es feliz para muchos difuntos, pero no para estos personajes que verán a continuación; la muerte de ellos hizo que sus historias continuaran y sus cuerpos no descansaron en paz de inmediato. Éstas son sus tristes, pero interesantes historias.
Lord Byron
Obtuvo un resfriado; enfermó de fiebre alta; los médicos pusieron sanguijuelas en su cuerpo para curarlo, sin éxito. En poco tiempo lo desangraron hasta causarle la muerte a la edad de 36 años. Antes de trasladar el cadáver, se le practicó una necropsia: en este proceso removieron su cerebro, intestinos y pulmones, para ser conservados en frascos con alcohol, sin razón lógica alguna. Sus restos se encuentran en una tumba familiar de la Iglesia Santa María Magdalena de Hucknall, en Nottingham. Durante los años 30, se rumoró que el cuerpo de esa tumba no era de Byron, pero en una exhumación realizada, miembros del clero, un médico y un historiador aseguraron que sí se trataba del poeta inglés.
Napoleón Bonaparte
Murió en Bélgica, durante la Batalla de Waterloo en 1821; estando el cadáver en Francia, le realizaron una necropsia donde desapareció su miembro masculino, mismo que apareció en 1916 durante una subasta. Años después, en 1927, el pene de Napoleón yacía en el Museo de Arte Francés, en New York, hasta los años 70, cuando un urólogo americano lo compró para guardarlo debajo de la cama en un maletín; en 2007, este amante de cosas disecadas falleció, dejando como herencia a su hija, el miembro viril de este dictador.
Galileo Galilei
Murió en 1642. Tras pasar 100 años, científicos exhumaron los restos de este personaje; durante el procedimiento, se apoderaron de partes como vértebras, los dientes y uno que otro dedo; después, fue sepultado en una tumba de mármol en Florencia, en la Basílica de la Santa Cruz. Con el tiempo el dedo del medio de Galileo apareció en unas reliquias. En el año 1905, los otros huesos que habían sido robados fueron ubicados y llevados al Museo de Galileo, mientras que en la Universidad de Padua reposa una vértebra.
Alejandro Magno
Falleció a la edad de 32 años, por envenenamiento en Babilonia, en el 323 A.C. Este rey estuvo sepultado en Egipto hasta el siglo III; desde allí, lo pasaron a una tumba nueva. Recibió varias visitas y dentro de ellas, la de César Augusto, quien al agacharse para besarlo, rompió la nariz embalsamada. Por su parte, Calígula robó la armadura del pectoral para usarla en su casa.
Abraham Lincoln
Lo mataron en el año 1865, durante un evento social. Tras su muerte, recorrió el país con su cuerpo embalsamado, dando fin a su último paseo en una tumba elaborada en mármol, en Illinois, Estados Unidos. Al pasar los años, en 1876, su cuerpo fue robado pretendiendo un secuestro y pidiendo a cambio, la libertad de un falsificador famoso. Pero gracias a la astucia de Lincoln, la trampa no tuvo éxito. Tiempo atrás, había creado un servicio secreto y fue éste el que irrumpió el plan; finalmente, sus restos fueron sellados en una urna de acero, con un bloque de concreto abajo.
Charlie Chaplin
Es el “padre del cine mudo”. Murió en 1977. Después de su sepultura, a tan solo dos meses, su ataúd fue hurtado y escondido en un campo de maíz; la pretensión de los ladrones era pedir US600 mil a la viuda de Chaplin. Los extorsionistas, llamados Wardas y Ganey, fueron descubiertos y llevados a la cárcel antes de cometer el plan. El cuerpo de Charlie volvió a su descanso, pero esta vez se encuentra más seguro, con 1.8 metros de concreto encima, para evitar futuras ideas locas de aficionados.
Ludwing Van Beethoven
Después de varios malestares médicos, murió en 1827. En vida, este artista había pedido una necropsia para que sus fanáticos conocieran el porqué de su fin. El doctor Wagner fue el encargado de esta labor; lo hizo de una manera tan abrupta, que las piezas de su cráneo no encajaron de nuevo para el entierro; además, fueron removidos unos nervios auditivos que nunca se volvieron a recuperar. Después de la exhumación, el cuerpo fue llevado a una tumba nueva. Sin embargo, algunas piezas se encontraron en el año 1945 en manos de un antropólogo.
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