La historia del mundo está llena de atrocidades de las más diversas, sin embargo, lo que menos podríamos es que vinieran de parte de la ciencia. En este artículo veremos 5 de los más siniestros científicos cuyos experimentos no pueden menos que repeler al sentido. Veamos.
John Lilly
Fue un psicólogo y neurocientífico estadounidense que creó uno de los más crueles métodos de tortura mental. Se trataba de el tanque de privación sensorial, mismo que consistía en privar a la persona de cualquier estímulo, lo que a mediano plazo podía llevarla a la locura.
Lo peor de todo es que Lilly también fabricaba tanques de privación sensorial caseros tanto para su uso personal como para todo hombre que quisiera comprarlo para castigar a su esposa.
Josef Mengele
Fue un antropólogo y médico alemán perteneciente a las SS y que durante la segunda guerra mundial llevó a cabo una de las acciones más macabras jamás conocidas.
Mengele gustaba de encontrar parejas de gemelos para luego coserlos y formar uno solo sin mayor propósito ni utilidad científica más que su propio recreo.
Vladimir Demikhov
Fue un científico ruzo pionero en los trasplantes de órganos, sin embargo, sus métodos no eran nada ortodoxos y se especializaba en descabezar perros y otros animales para intercambiar las cabezas o ponerle dos cabezas a un solo ejemplar.
Aunque Demikhov logró que incluso una de las cabezas bebiera algo de leche sin estar conectada a un sistema digestivo, los animales morían a los pocos minutos. Sin embargo, el científico no dejó jamás de efectuar sus experimentos.
Johann Konrad Dippel
Teólogo, químico y médico, nada más y nada menos que el inspirador del personaje Frankenstein. Dippel tenía gran interés por saber qué había en el interior de las personas para lo cual las diseccionaba.
Sin embargo, no sólo diseccionaba a personas muertas, sino a personas vivas. Se rumora que intentaba transferir el alma de un cadáver a otro. Sus autopsias eran de horror.
Shiro Ishii
Microbiólogo adjunto al ejército japonés durante la segunda guerra mundial a cargo de la sección de armas biológicas. Ishii llegó a diseccionar personas vivas entre las que estaban mujeres embarazadas, también amputaba las extremidades del cuerpo, mismas que injertaba después en otro lugar, inoculaba enfermedades y hasta hacía explotar granadas enfrente de de personas para probar sus efectos.
Seguro que no querrías jamás caer en sus manos.
Seguro que ninguno de ellos tiene desperdicio y se tiene merecido ocupar su sitio entre los científicos más macabros que jamás hayan existido.
Versión de video: Los científicos más malvados del mundo