Mucha gente gasta enormes cantidades de energía durante toda su vida, criticando a los ricos y poderosos de tiranos, derrochones, malévolos y demás calificativos. Sin embargo, estamos en un mundo de lo relativo y, por consiguiente, si aprehendemos los secretos de los millonarios con mente abierta, podríamos llegar a amasar una gran fortuna.
De hecho, ya varios periodistas con este propósito, les han realizado entrevistas a algunos de los magnates del mundo, escudriñando sus conocimientos y estrategias. Warren Buffett es uno de ellos. Le llaman “El lobo de Wall Street”, cuya fortuna supera los 90 mil millones de dólares. Según su perspectiva, los siguientes son algunos consejos muy eficaces para volverse rico:
Reinvertir las ganancias
Uno de los peores errores que cometen los inversionistas principiantes, es que apenas consiguen ganancias, van a gastarlas. Buffet relata cómo aprendió que se debía hacer lo contrario, justo cuando estaba en la adolescencia. En compañía de un amigo compraron una máquina para jugar Pinball y les dieron permiso de instalarla en una barbería.
Pero en vez de gastar los ingresos que iba dejando la máquina tragamonedas, lo invirtieron progresivamente en comprar más de las mismas y llegaron a manejar casi 10 puntos diferentes en Nueva York. A la edad de 27 años, Warren ya disfrutaba de haber amasado una suma de millón y medio de dólares convertidos al día de hoy.
Su principal consejo en este ámbito, es que si se usan inteligentemente las ganancias para re invertir, una pequeña cantidad de dinero, podría multiplicarse hasta ser un tesoro generoso.
No gastar en cosas para aparentar
Es otro error frecuente de los negociantes e inversionistas que comienzan. Utilizan las ganancias para comprar lujos, como coches de alta gama, relojes de oro, joyas, ropa extra fina, etc.
Los expertos como “el lobo de Wall Street”, recomienda que lo mejor es no gastar en cosas para despertar la envidia de los demás, sino ser inteligente y usar esos recursos para expandir los ingresos y ya cuando se goce de una importante suma, ahí sí darse los gustos extravagantes si es que se desean.
Evitar endeudarse con algo no rentable
Una de las cosas más absurdas que se pueden cometer, motivado por una cultura de consumo, según Warren Buffet, es pedir préstamos para satisfacer algún lujo o algo que no genere recursos, puesto que esa deuda, aunque al principio parezca fácil de llevar, en cualquier momento podría ocurrir que se convirtiera en una pesadilla difícil o imposible de sobrellevar.
“Yo pedí prestado dinero para un automóvil sólo porque sabía que podía aumentar mis ingresos. La gente rica usa las deudas para aprovechar las inversiones y hacer crecer sus flujos de efectivo. La gente pobre usa las deudas para comprar cosas que hacen más ricos a los ricos”, dijo puntualmente.
Hacer que el dinero trabaje para uno
Buffet asegura que el top secret para convertirse en millonario, está en saber ser un inversionista y vivir más de ello, que del propio trabajo. En consecuencia, resalta la importancia de conseguir recursos extra, porque de lo contrario sería imposible invertir.
Para ejemplificar su consejo, relató lo siguiente:
“La segunda empresa que inicié requería una inversión de 50 mil dólares. Esa empresa me ha dado de regreso esa misma cantidad cada mes por los últimos diez años.
Mi tercera inversión fue en bienes raíces, donde comencé con 350 mil, una gran parte de lo que tenía en ese momento. Todavía soy dueño de esa propiedad y sigue dándome ingresos. Invertir es la única razón para hacer los otros pasos y tu dinero debe trabajar por ti y levantar las cosas pesadas”.
Estar dispuesto a ir en contra de la corriente
Es una de las máximas más apreciadas de Warren Buffet. Él da la estrategia que no falla: cuando hay mayor temor en el mercado, es tiempo de comprar e invertir en acciones. Pero cuando hay mucha confianza y felicidad en el mercado alcista, es tiempo de vender. Es ir en contra de la psicología corriente.
Al principio de su exitosa carrera como inversionista, contaba con un capital de 100 mil dólares y prefirió adquirir acciones que estaban sobrevendidas y muy desvalorizadas. En el término de unos pocos años, esos 100 mil dólares se convirtieron en 100 millones de dólares, gracias a que los mercados no siempre van para abajo, sino que tienen un piso y luego un ascenso considerable.
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