La pubertad, una época difícil en la vida de una persona. Los médicos explican que se debe a los fuertes cambios del cerebro, que el comportamiento se altera tanto en esa etapa caracterizada por la rebeldía y la pereza. Gracias al estudio profundo que realizó un grupo de neurólogos, psicólogos y biólogos, se pudo descubrir los siguientes misterios de la adolescencia:
¿Por qué les atrae tanto las drogas?
Sobre todo, en esa edad, comprendida entre los 11 hasta los 19 años, es el periodo de la adolescencia más difícil y ha sido el foco de las investigaciones. Parte del equipo, conformado por profesionales de la Universidad de Yale, halló varias respuestas a esa pregunta.
Se percataron de que la mayoría de personas que consumen sustancias estimulantes, adquirieron esos vicios en esa edad mencionada, influenciados grandemente por la opinión grupal y más allá de esos factores psicológicos, hallaron igualmente causas biológicas para desear fumar, embriagarse o consumir alucinógenos.
En pocas palabras, los especialistas descubrieron que la ansiedad por consumir esas sustancias, se origina también por un trastorno de desarrollo neuronal, por los grandes cambios bioquímicos del crecimiento que infunde un deseo descontrolado por nuevas experiencias.
La causa de sus cambios extremos de humor
La razón es la misma: alteraciones de índole fisiológica, debido a una fuerte descarga de hormonas que se distribuyen por todo el organismo y eso deriva en emociones fuertes y extremas de ansiedad, tristeza, alegría, positivismo o pesimismo, etc.
Otra causa es la falta de sueño, según la “organización Sleep Scotland de Edimburgo”, de Escocia. Ellos notaron en sus rigurosos análisis, que los cambios más abruptos en el carácter, suceden cuando se duerme menos de lo requerido y en el caso de los adolescentes, hay muchas excusas para trasnochar, desde un videojuego, reuniones con los amigos, películas o internet.
Su apasionada afición a WhatsApp
Según ha verificado un buen grupo de científicos de la Universidad de Michigan, la mayor parte de la población adolescente prefiere mil veces comunicarse por WhatsApp, que por cualquier otro medio, muy por encima incluso de las redes sociales como Facebook, Twitter, etc. El por qué se debe a que, en sí, aman la brevedad y efectividad.
Subconscientemente lo toman como una oportunidad grandiosa de enviar mensajes secretos y directos, por lo que la comunicación con sus colegas se intensifica bastante, pero con los padres suele verse afectada negativamente, pues con ellos no optan por mensajería de texto, sino por llamadas telefónicas y eso denota la falta de querer confiar sus secretos.
La opinión de sus amigos pesa más que nada
No es un secreto para nadie, que los adolescentes son grandemente influenciable por su círculo de amigos y vive en función de agradar a sus opiniones, tanto en los gustos musicales, formas de divertirse, de solucionar conflictos académicos o sentimentales, etc. Mucho más de lo que pudiesen llegar a influir sus padres.
Según la doctora Helen Jones Emmerich, docente de la Universidad del Estado de Nueva York, la reputación que pueda percibir el joven en su entorno, obedece a su sentimiento profundo de soledad, que involucra a su nivel de autoestima que pretende llenar con las expectativas grupales de referencia.
¿Por qué muchos tienen cara de zombi?
Es un rasgo físico muy marcado en buena parte de los adolescentes y se debe a que no se están cumpliendo con las horas de sueño pertinentes y eso modifica el ritmo circadiano. Entonces la cara de zombi es por esa desproporción energética y biológica, porque el cuerpo ahora está programado para dormirse y despertarse más tarde de lo habitual.
Pero otro factor de gran relevancia que señalan los médicos y neurólogos, es que a esa edad se conoce la masturbación y esas expulsiones de la energía vital, se refleja en la debilidad y flojera del joven, así como en sus reacciones impulsivas y caóticas, sin contar el daño a la capacidad de concentración y análisis, como lo reveló un estudio del “Instituto Politécnico Rensselaer, en Berlín”.
Se realizaron algunos experimentos con 20 voluntarios, que estuvieron dispuestos a utilizar unos lentes especiales que omitían la longitud de onda corta o lo denominado como luz azul. De ese modo lograron retrasar 30 minutos el reloj biológico. Una de las conclusiones de los especialistas es que cuando no se recibe la suficiente luz diurna, se ralentiza la fabricación de melatonina, la hormona del sueño.
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