No se sabe de donde llegaron
Casi nada sabemos de los etruscos. Sabemos que son los precursores de la vida urbana en Occidente y gracias a los hallazgos arqueológicos y las fuentes escritas griegas y latinas nos hemos percatado de su gran curiosidad, -casi fetichista- hacia la muerte y al futuro.
La procedencia de la civilización etrusca sigue siendo desconocida así como su historia. Las remotas posibilidades de conocer exactamente de donde llegaron se pierden entre el barullo del mito y la historia. Lo que si sabemos es que llegaron a la península itálica a inicios de la Edad de Bronce y finales de la Edad de Cobre.
Es Herodoto de Halicarnaso el primero en hablar de los etruscos. Dijo que provinieron de la Lidia en el siglo XII a.C. en un periodo posterior a la Guerra de Troya. Chipriotas, helenos y fenicios migraron hacia Occidente por la falta de alimentos y los graves tributos a los que eran sometidos.
La teoría autóctona construida por Helánico de Lesmos en el siglo V a. C. decía que los etruscos descendieron de los pelasgos que siempre habían vivido en la bota itálica. La forma de sustentarlo era el parecido de ciertas palabras.
Además muchas de las costumbres que heredaron eran parecidas a las de los primeros hombres peninsulares. La cultura vilanoviana fue asimilada por los etruscos cuando tenían un amplio margen de producción de alimentos y de minería. Los etruscos se volvieron muy fuertes quedando con todo el centro de Italia.
Hay una tercera teoría elaborada por el francés N. Fréret en 1741: los etruscos son originarios de los nórdicos. Parece que antes de su llegada velanoviense, los etruscos migraron por los Alpes y el Danubio. Las semejanzas fonéticas son muchas.
Los otros pueblos de Italia tienen diferencias muy grandes de los etruscos. Aún así esta última teoría no fue tomada con mucha seriedad. Se ve más factible la de Herodoto y la de Helanico conjuntas, pues la experiencia de los etruscos en el mar, lo demuestra.
La vida etrusca
En la actual Toscana, el pueblo etrusco vivió principalmente de la minería, la agricultura y el comercio. De allí se fue extendiendo a otras zonas. La organización política confederada partía de doce ciudades- estado, entre las que estaban principalmente Bolonia, Roma, Perugia, Telamón y Ruselas.
Nunca lograron tener un control absoluto de su civilización. Lo único que los unió fue su plan expansivo de Norte a Sur al contemplar el poco espacio vital que tenían, sus ciudades eran grandes y tenían una densidad demográfica extensa.
Desde el siglo VIII a. C. ya tenían conquistada gran parte de la península. El esplendor había llegado hasta el mar, logrando poner avanzadas coloniales en Cerdeña y Corcega.
Esta época de mucha tranquilidad y grandeza favoreció la llegada de las religiones mediterráneas. La arquitectura dio un gran paso en construcciones religiosas como las bóvedas subterráneas (hipogeos) donde enterraban a sus muertos y edificios públicos de adobe y piedra.
Las creencias etruscas
Así como llegaron a un punto de esplendor, la religión politeísta de ellos se especializó más. La adoración a los muertos solo podía compararse a las creencias egipcias, pues tenían un panorama donde al morir llegaban a un mundo donde eran juzgados.
Todo lo que estaba fuera de lo común servía para revelar el porvenir. Los truenos, la adivinación y las ubres eran leídas para comprender mejor. El futuro les generaba mucha incertidumbre y sus ritos buscaban develarlo. Las civilizaciones griegas se extrañan y resaltan el sentido religioso etrusco.
Sus dioses principales eran tres: Tinia, Uni y Menrfa. Ellos eran adorados pero también tenían cuidado de los demonios, ellos fueron heredados de los asirios. Muchas de las religiones (como el cristianismo y el judaismo) tendrían estas creencias muy infundidas.
El declive
Lo que los etruscos no lograron determinar fue su propio final. Al final del milenio se habían debilitado por las cruentas guerras que tuvieron contra los griegos, los cartaginenses y finalmente contra los romanos. Es cierto que tuvieron alianzas estratégicas con los cartaginenses, el mar a veces lo desea una sola nación y la disputa los enemistó. En los primeros tiempos no les importó tanto la ciudad de Roma. Estas tribus eran débiles y los etruscos varias veces las aplastaron.
Cuando el comercio empezó a ser disputado, le tocó a los etruscos atacar de otras maneras. Eran conocidos en Egipto como “los hombres de mar”: llegaban en barcos y pirateaban. Robaban y esclavizaban a los hombres y mujeres que encontraban, por ello no eran muy queridos.
Los etruscos desaparecieron cuando los romanos los destrozaron. Las invasiones fueron progresivas y finalmente los dejaron sin nada. En el siglo I antes de Cristo, los volvieron ciudadanos romanos, haciendo que olvidaran su lengua y muchas de sus costumbres.
Es por este motivo que hoy en día nos ha llegado tan poco de los etruscos. Es cierto que en el declive del Imperio Romano los etruscos fueron los últimos emperadores romanos, pero ya no tenían su lengua.
Lo poco que se conoce de esta extraña civilización de la que se creen varias cosas, es gracias a los hallazgos arqueológicos. También se ha dicho que posiblemente varias logias clandestinas practican los ritos etruscos. No es posible que tanta pasión se halla perdido a través de los siglos.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Etruscos
- Los etruscos. Joseph M. Walker
Imágenes: 1: latunicadeneso.wordpress.com, 2: wikipedia.org, 3: elpais.com