Quizás lo mejor, antes de avanzar sobre los usos y normas generales, concebidas por la Real Academia Española de la Lengua, en cuanto a los Puntos suspensivos, sea revisar de forma breve la propia definición de este signo ortográfico, a fin de poder entender dichas reglas dentro de su contexto preciso.
Los puntos suspensivos
En consecuencia, se podrá comenzar por decir que los Dos puntos pueden ser explicados como un signo ortográfico, representado por tres puntos contiguos (…) cuya principal misión dentro del texto es la de integrar citas, señalar que una frase está inconclusa, o indicar que existe un antes y un después de la frase señalada.
A pesar de que no existe una decreto o ley promulgada por la Real Academia Española de la Lengua (RAE) sobre la decisión de no usar este signo ortográfico dentro del texto, algunos autores son del parecer que cada vez más los puntos suspensivos son signos anacrónicos, que van cayendo en desuso. Sin embargo, la Academia sigue considerándolos como tal, y normando sobre su uso, limitándose a aconsejar que no se debe abusar de su uso en el texto.
Reglas generales sobre su notación
En este sentido, más allá de sus usos específicos, la Real Academia Española de la Lengua ha normado sobre su correcta escritura, así también sobre los otros signos ortográficos con los cuales puede interactuar o coexistir, dentro del texto. A continuación, algunas de estas normas:
- En primer lugar, la Academia considera que los puntos suspensivos estarán conformados, siempre y en cualquier momento por tres puntos sucesivos (…) cuyo número no deberá variar, y que deben ser escritos sin ningún tipo de espacio entre ellos.
- Así mismo, la RAE admite la escritura de la coma, los dos puntos e incluso del punto y coma después de la escritura de puntos suspensivos, sin que existan más normas que las que concierne individualmente a cada uno de ellos, según como deban comportarse en referencia a los signos que les anteceden.
- Todo signo que sea escrito de forma anterior o posterior a los puntos suspensivos, deberá ser anotado inmediatamente antes o después de ellos, sin que exista un espacio entre ellos.
- En último lugar, la Academia es clara en señalar que nunca deberá usarse punto después de los puntos suspensivos.
Reglas sobre el uso de los puntos suspensivos
De igual forma, la Real Academia Española de la Lengua ha promulgado una serie de reglas, con respecto al lugar, la circunstancia y la forma en la que deben ser empleados los puntos suspensivos dentro del texto, y que básicamente están conformadas por las siguientes normas:
- Se usan puntos suspensivos, cuando el autor desea que una oración quede incompleta o produzca suspenso. Por ejemplo: Toco las palmas… El eco… ¡Manuel!… Nadie… De pronto, un rápido rumor grande y redondo… El corazón late con un presentimiento de todo su tamaño. Me escondo, con Platero, en la higuera vieja… (Juan Ramón Jiménez, Platero y yo).
- Así mismo, se hará uso de los puntos suspensivos en los casos en la que los autores deseen anotar una frase incompleta, cuyo sentido, sin embargo puede ser imaginado por el lector, debido a que la oración o su contenido puede responder al conocimiento general. Un ejemplo de este tipo de usos sería el siguiente: Tú bien sabes que el refrán no se equivoca cuando dice que “camarón que se duerme…”.
- Por otro lado, el uso de los puntos suspensivos es requerido igualmente para expresar, dentro del texto, que el discurso que se venía desarrollando, en especial si el texto da cuenta de un discurso oral, fue interrumpido de manera inesperada o abrupta. De igual forma, se puede hacer uso de los puntos suspensivos para reflejar en el ámbito escrito un discurso oral intermitente. Por ejemplo: Me vio… y cuando iba a decirme algo… porque le vi en los ojos la necesidad de hablarme… vino ella, y le pidió que abandonara la habitación.
- De igual forma, la Academia indica que se podrá hacer uso de los puntos suspensivos, dentro de un texto, toda vez que se quiera indicar, al final de una enumeración, que esta podría reiniciarse en un momento posterior. Por ejemplo: vino, y muy generoso me regaló sus abrigos, lápices, sus libros, sus discos y sus sombreros…
- También, según las normas establecidas por la Real Academia Española de la Lengua, los puntos suspensivos podrán ser empleados durante un texto, e incluso en medio de una oración con sentido gramatical completo, cuando el autor desee expresar en el desarrollo de su discurso duda o temor. Por ejemplo: Le dije que abandonara el recinto… no sé si hice lo correcto… y él se fue de inmediato.
- En este sentido, la RAE también señala que los puntos suspensivos sirven para introducir frases de sentido irónico, jocoso, inquietante o incluso que den rienda a giros inesperados dentro den texto.
- Otro de los usos con los que cumplen los puntos suspensivos, se dará en el terreno de la narrativa, o incluso también en el de los textos dramáticos. De tal manera, se usarán puntos suspensivos, al lado del guión de diálogo, pero separados del texto del personaje, para indicar que ese parlamento es parte de un discurso que se ha interrumpido anteriormente. Por ejemplo: −… como te dije antes, ha sido un error.
- Se emplean también tres puntos, que no son propiamente suspensivos, para señalar que en un texto que se transcribe literalmente se ha suprimido algo. En este caso deben ir entre paréntesis o, incluso mejor, entre corchetes, con un espacio antes y otro después. Por ejemplo: (…) ó [….
- Por otro lado, la Academia también contempla que los signos de interrogación y exclamación pueden escriben detrás o delante de los puntos suspensivos, esto depende de que el enunciado que encierran esté completo o incompleto. Por ejemplo: ¿Me habrá traído los libros?… Seguro que sí / ¡Pero si te dije que…! Nunca haces caso.
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