Quizás la mejor forma de abordar una explicación sobre los sufijos, sea comenzar por revisar brevemente la definición de afijos, pues esto permitirá entender esta primera categoría en su contexto lingüístico preciso.
Los afijos
En este sentido, se puede comenzar por decir que la Lingüística define de forma general a los afijos como aquella secuencia o estructura lingüística que se une a una palabra o lexema, originando una nueva palabra. Así mismo, esta disciplina señala que se pueden contar al menos cinco tipos de afijos (prefijos, sufijos, interfijos, infijos y circunfijos) cada uno de los cuales se distinguen según el lugar preciso del lexema en donde se inserten.
De acuerdo a lo que señalan los lingüistas los afijos constituyen las estructuras lingüísticas responsables de los procesos de formación de palabras más productivos de las Lenguas naturales en general.
Los sufijos
Por su parte, lo sufijos podrán ser entendidos entonces como uno de los cinco tipos de afijos contemplados por la Lingüística. Estos se caracterizan principalmente por insertarse en la palabra de forma posterior. Son descritos igualmente como morfemas o estructuras tónicas, las cuales inciden directamente sobre la categoría gramatical de la palabra a la cual se unen.
Funciones de los sufijos
Sin embargo, los sufijos no siempre cumplen con la misma función gramatical, asumiendo dos tipos de funciones o naturalezas, según el tipo de palabra que generen. En este orden de ideas, la mayoría de autores coinciden en señalar que en las Lenguas naturales puede existir dos clases de sufijos: flexivos y derivativos, los cuales son definidos a su vez de la siguiente manera:
- Flexivos: se conocerá como sufijos flexivos a los morfemas que se unen al lexema, a fin de señalar los distintos accidentes gramaticales que puede presentar una palabra. Entre ellos se encuentran los sufijos que indican género (rojo – roja); número (rojo – rojos); persona gramatical (come – comes); terminación verbal (cantar, cantando; cantado) o la vocal temática.
- Derivativos: por otro lado, los sufijos también pueden cumplir con un rol derivativo, cuando se establecen como morfemas que se unen al lexema, originando una nueva palabra, que aun cuando mantiene relación semántica con la palabra que le ha dado origen, cuenta con su propia independencia semántica, es decir, cuenta con su propio significado. Entre los distintos adjetivos derivativos que distingue la Lingüística se encuentran los Adjetivantes, Adverbializantes, Nominalizantes y Verbalizantes.
Importancia de los sufijos en las Lenguas naturales
Por otro lado, es necesario señalar igualmente que los sufijos son vistos como las partículas de mayor productividad lingüística en las Lenguas naturales, es decir, que es a través de la derivación por sufijación que más nuevas palabras se forman en las Lenguas en general, de ahí su importancia, puesto que constituye la mayor fuente de la que se nutre el léxico de las distintas comunidades lingüísticas.
En este orden de ideas, aun cuando existen lenguas flexivas, o cuya producción se basa sobre todo en la Composición, la mayoría de las fuentes lingüísticas optan por señalar que al menos 70 % de las Lenguas naturales existentes en el mundo basan su productividad lingüística en la derivación, hecha en base a los sufijos.
Ejemplos de sufijos
No obstante, puede que la forma más eficiente de completar una explicación sobre los sufijos sea a través de la exposición de algunos ejemplos concretos sobre los sufijos más comunes del Español. A continuación, algunos de ellos:
Editar → Edit + able (sufijo adjetivizante) = Editable
Nevar → Nev + ada (sufijo sustantivizante) = Nevada
Lumbar → Lumb + algia (sufijo sustantivizante) = Lumbalgia
Ladrón → Ladron + zuelo (sufijo diminutivo) = Ladronzuelo
Gente → Gent + uza (sufijo despreciativo) = Gentuza
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