Sin embargo, ¿algún secreto oscuro podría esconderse detras de todo ello? Pues bien, en esta ocasión Macdonals vuelve a deleitarnos con sus mágicas recetas.

En esta ocasión la cadena de restaurantes afronta una investigación por la utilización de hidróxido de amonio para transformar la grasa sobrante de la carne en el relleno de sus hamburguesas.

La ingesta del hidróxido de amonio tiene devastadoras consecuencias para la salud. Algunos de los síntomas son: espasmos, hinchazón de la garganta, edema pulmonar y neumonitis química.

Por otra parte, la exposición reiterativa al hidróxido de amonio puede causar efectos más severos como laringitis, náuseas, vómitos, dolor abdominal, jadeo y dolor de cabeza.

Este procedimiento lograba conseguir un producto más barato que el de comida para perros, para luego ser vendido a muy buenos precios a los seres humanos.

La denuncia fue hecha por Jamie Oliver, un cocinero de origen inglés y, aunque la cadena de restaurantes ha anunciado el cambio en la composición de la carne para sus hamburguesas, lo cierto es que estaban envenenando deliberadamente a sus clientes, algo que deja bastante que pensar.

En el pasado Burguer King también había admitido que había utilizado carne de caballo para la carne de sus hamburguesas.

Y más allá de todo sabemos que las comidas rápidas, ni de las grandes cadenas de restaurantes ni del vendedor de la esquina son siempre lo más saludable, de modo que la cuestión no es esperar a que alguien descubra la próxima jugada sucia, sino que está en nosotros mismos cambiar nuestros propios hábitos alimenticios.

Ver video: La verdad sobre McDonals (horrible)