Japón
Según nos ha enseñado internet, en Japón todo es diferente. Es un mundo en el que lo tradicional convive con lo absolutamente moderno de una manera que no funcionaría en ningún otro lugar del planeta. En donde junto a las fábricas de máxima tecnología están los tradicionales templos, con sus cerezales y sus hermosas plantas de bambú. El hogar de Toyota… y de los samurái.
En ningún lugar más que en Japón podría existir un lugar así. Un restaurante único, al que sólo comensales tremendamente exclusivos pueden asistir y sólo un número limitado de días al año. Un restaurante que cada día atiende a un único grupo en una única mesa.
Mibu
Se llama “Mibu”. No aparece en una guía telefónica, y mucho menos tiene página de internet. No pueden hacerse reservaciones, y pocos lo conocen aún entre los nativos. Se encuentra oculto en el barrio de Ginza, en Tokio, en un segundo piso que no presenta nada que indique que allí se encuentra uno de los restaurantes más exclusivos del mundo.
Los pocos extranjeros que han ido al restaurante relatan un ambiente completamente fantástico. El restaurante está a cargo de Hiroyoshi y Tomiko Ishida, una pareja que lleva dedicándose a la cocina por 4 décadas, expresando en sus platos lo mejor de la cocina japonesa tradicional.
Hiroyoshi comienza su día a las 4 de la mañana. Devoto budista, encuentra en la meditación y la naturaleza inspiración para sus platos, que siguen la tradición de la comida Kaiseki, originaria del Kyoto milenario.
Pocos han tenido el placer de comer en Mibu, y quienes lo han hecho dicen que la experiencia es sencillamente indescriptible. Convencido de que la cocina ha de ser expresión del mundo, Ishida-san refleja cada día del mes, cada mes del año, en cada uno de sus platos. En décadas, jamás ha realizado el mismo plato dos veces.
Los pocos extranjeros que han comido en Mibu relatan un ambiente mágico en el que cada plato, además de un sabor incomparable, tiene un significado relativo a la estación. Ishida jamás cocina cosas que estén fuera de temporada, pues sólo se consiguen los mejores sabores si el alimento está en su mejor momento.
Mibu, así mismo, no es un restaurante al que se pueda llegar con sólo dinero. Está reservado para la crema y nata de la aristocracia japonesa, aquella que dirigió el impresionante milagro allá en los 60’s y 70’s, y sólo con los contactos adecuados – y un poco de suerte – es posible entrar.
Fuente de imágenes: 1: sibaritissimo.com, 2: comerjapones.com
