La leyenda de Peter Stumpp
La leyenda de Peter Stumpp es una de las más crueles y sangrientas sobre los licántropos. Se basa en otro caso real, que ocurrió en Alemania en el siglo XVI, y que fue uno de los más brutales juicios por licantropía.
Según el relato, Peter Stumpp era un granjero que vivía en la aldea de Bedburg. Sin embargo, tras su apariencia normal se escondía un monstruo, que se transformaba en lobo mediante un cinturón mágico que le había dado el diablo. Stumpp cometió numerosos crímenes atroces, como matar y devorar a 14 niños y dos mujeres embarazadas, violar a su hija y a una prima suya, e incluso practicar el incesto y el canibalismo con su propia madre.
Stumpp fue capturado por unos cazadores que le tendieron una trampa y le quitaron el cinturón. Fue torturado hasta confesar sus atrocidades, y fue condenado a muerte por brujería y herejía. Su ejecución fue una de las más salvajes de la historia: le arrancaron la carne con tenazas ardientes, le rompieron los huesos con una rueda, le cortaron las extremidades y la cabeza con un hacha, y quemaron sus restos en una hoguera.
Romasanta fue juzgado por sus crímenes en 1853, ante un tribunal que quedó perplejo ante su testimonio. Algunos testigos corroboraron haber visto lobos rondando por las zonas donde Romasanta actuaba. El médico forense dictaminó que Romasanta padecía licantropía clínica, un trastorno mental que le hacía creer que se convertía en lobo. Finalmente, Romasanta fue condenado a muerte, pero su sentencia fue conmutada por cadena perpetua. Murió en prisión en 1863.
La leyenda de Bisclavret
La leyenda de Bisclavret es una de las más románticas y trágicas sobre los licántropos. Se trata de un cuento medieval escrito por Marie de France en el siglo XII, que forma parte de su colección de Lais.
Según el relato, Bisclavret era un caballero noble y valiente, que estaba casado con una bella dama. Sin embargo, Bisclavret tenía un secreto: cada semana se transformaba en lobo durante tres días, debido a una condición hereditaria. Para evitar ser descubierto, se escondía en el bosque y dejaba su ropa humana bajo una piedra. Un día, su esposa le preguntó por su ausencia periódica, y él le confesó su secreto.
La esposa se horrorizó al saber que su marido era un hombre lobo, y decidió traicionarlo. Se alió con un caballero que la pretendía, y le robó la ropa a Bisclavret cuando se transformó en lobo. Así, Bisclavret quedó atrapado en su forma animal, sin poder volver a su forma humana.
Bisclavret vagó por el bosque como un lobo, hasta que se encontró con el rey, que estaba de cacería. Bisclavret se acercó al rey y le lamió los pies, mostrando su sumisión y su lealtad. El rey quedó impresionado por el comportamiento del lobo, y lo adoptó como mascota. Bisclavret se convirtió en el favorito del rey, y lo acompañaba a todas partes.
Un día, el rey celebró una fiesta en su castillo, a la que asistieron muchos nobles, entre ellos la esposa y el amante de Bisclavret. Al verlos, Bisclavret los atacó furiosamente, mordiéndoles la nariz. El rey se sorprendió por la actitud de su lobo, y ordenó que lo soltaran. Entonces, un sabio le explicó que el lobo debía ser un hombre encantado, y que sus agresores debían ser los culpables de su desgracia. El rey interrogó a la esposa y al amante de Bisclavret, y ellos confesaron su traición. El rey les castigó con severidad, y les quitó la ropa que habían robado a Bisclavret. Al devolverle la ropa, Bisclavret recuperó su forma humana, y fue recibido con alegría por el rey y sus cortesanos. Bisclavret volvió a ser un caballero respetado y querido, y nunca más se transformó en lobo.
Zeus, al darse cuenta del engaño, se enfureció y castigó a Licaón y a sus hijos. Con un rayo, incendió el palacio de Licaón y mató a todos sus descendientes. A Licaón, lo convirtió en un lobo, para que reflejara su naturaleza salvaje y despiadada. Desde entonces, Licaón vagó por los bosques como un lobo, siendo el origen de todos los hombres lobo.
La leyenda de Romasanta
La leyenda de Romasanta es una de las más recientes y escalofriantes sobre los licántropos. Se basa en un caso real, que ocurrió en España en el siglo XIX, y que fue llevado a los tribunales como uno de los primeros juicios por licantropía.
Según el relato, Manuel Blanco Romasanta era un vendedor ambulante que viajaba por Galicia y Portugal ofreciendo sus productos. Sin embargo, tras su apariencia inofensiva se escondía un asesino en serie, que mataba y devoraba a sus víctimas. Romasanta confesó haber matado a nueve personas, entre ellas varios niños, y afirmó que lo hacía bajo la influencia de una maldición que le hacía transformarse en lobo.
Los licántropos son seres que pueden transformarse en lobos o en criaturas mitad humanas y mitad lobas. Su existencia ha inspirado numerosas historias, que han pasado de generación en generación, y que han formado parte de la cultura y la tradición de muchos pueblos. En este artículo, vamos a narrar algunas de las historias más famosas y populares sobre los licántropos, como la de Licaón, la de Romasanta, la de Bisclavret, o la de Peter Stumpp.
La leyenda de Licaón
La leyenda de Licaón es una de las más antiguas y conocidas sobre los licántropos. Se remonta a la mitología griega, y cuenta la historia de un rey de Arcadia que fue castigado por Zeus por su impiedad y su crueldad.
Según el relato, Licaón era un rey tirano y sanguinario, que gobernaba con mano de hierro y despreciaba a los dioses. Un día, Zeus decidió visitar Arcadia bajo la forma de un viajero, para comprobar si los rumores sobre Licaón eran ciertos. Licaón, al enterarse de la visita divina, quiso poner a prueba la omnisciencia de Zeus, y le ofreció un banquete en el que le sirvió carne humana, procedente de uno de sus hijos.