Admirados o aborrecidos los tatuajes no dejan de causar emociones diversas en todos y cada uno de los miembros de la sociedad. Sin contar con que en algún momento de la adolescencia o incluso de la madurez la mayoría de personas han estado en la disyuntiva de realizarse un tatuaje o no. Algunas lo han hecho; otras lo siguen pensando; y otras más decidieron que jamás lo harán.
No obstante, la razón para esta controversia social constante, como lo indican personas vinculadas al mundo del tatuaje y algunos sociólogos, es la gran cantidad de mitos que giran en torno a este ornamento corporal permanente, hecho a través de la inyección de tintas especializadas en lo profundo de la epidermis, con la cual se dibujan figuras alegóricas o del gusto del portador. Y es que como en todo lo que implique modificar, portar o asumir algún rasgo que haga que la persona se distinga entre los otros, de inmediato se levantan decenas de prejuicios, mitos y también verdades, las cuales entonces es mejor analizar adecuadamente.
A continuación entonces algunos de los mitos más comunes sobre la realización de tatuajes, así como sobre el hecho de llevarlos sobre la piel:
Los tatuajes son cosa de la moda
Uno de los argumentos más esgrimidos por aquellos que quieren convencer a otro de no hacerse un tatuaje en la piel tiene que ver con el carácter de novedad y popularidad con el que cuentan los tatuajes en el momento en que dicho individuo está pensando en hacerse un tatuaje. Por un lado, si bien es cierto que cada tiempo la industria de la moda hace que los tatuajes se impongan como tendencia de ciertas estéticas, también es cierto que el Tatuaje también responde a toda una cultura urbana, con sus reglas, códigos, estética, gustos y comportamientos, sin que necesariamente las personas tatuadas pertenezcan a las mismas tribus urbanas.
Así mismo, es importante recalcar que los tatuajes no son un asunto o adorno inventado en el presente siglo, sino que el hecho estético de inyectar tinta en la piel o dibujar sobre ella algunos símbolos es una costumbre que data de hace miles de años. De hecho los investigadores apuntan a un descubrimiento realizado durante el año 1991, cuando científicos encontraron en los Alpes el cuerpo momificado de un hombre, al cual se bautizó Otzi, calculándose que tenía una edad aproximada de 3.000 a.C, y pese a su antigüedad se podían apreciar en su espalda, pieras y muñecas dibujos hechos con líneas.
En este sentido se puede concluir que los tatuajes son inherentes a la cultura humana. Sin embargo, esto no descarta que ocasiones las personas que desean hacer un tatuaje se estén dejando llevar por las tendencias del momento, por lo que se aconseja tener bien claro que un tatuaje es un ornamento permanente, por lo cual debe hacerse seguro de lo que se está haciendo y totalmente a gusto con el diseño escogido.
La mayoría se arrepiente de haberse tatuado
Con respecto a este mito es necesario sopesar dos escenarios. En primer lugar, es totalmente cierto que los tatuajes hechos sin estar seguros de querer hacerlos, o aquellos en donde se ha escogido un diseño tonto o feo, o incluso aquellos que salieron mal por la mala praxis del tatuador, siempre terminan en arrepentimiento, aunque hay varias formas de cubrir un tatuaje de mano de profesionales especializados en borrar con más color y formas las pesadillas cutáneas de algunos.
No obstante, según las estadísticas realizadas al respecto arrojan que al menos el ochenta y cuatro por ciento de las personas tatuadas confiesan sentirse muy a gusto con sus tatuajes y no arrepentirse de haberse tatuado. Es decir, que la mayoría de las personas que tomaron la decisión de tatuar su piel, siguen contentas con esto. Sin embargo, es importante repetir que para ser parte de gran porcentaje –de acuerdo a lo que afirman los tatuadores profesionales y algunos psicólogos- es necesario ajustar ciertos factores para que todo salga bien: estar completamente seguro de lo que se va a hacer, escoger un símbolo que sea significativo y lo vaya a ser por el resto de la vida, escoger un tatuador profesional que cuente con un estudio adecuado y tintas de calidad, no dejarse llevar por lo que otros digan después: a algunos les gustarán; a otros, no.
No se puede donar sangre si estás tatuado
Este mito se debate entre la verdad y la mentira. Por un lado es completamente cierto que no se pueda donar sangre si la persona se acaba de tatuar. En este sentido cabe destacas, que a pesar de que no sangre incontrolablemente, un tatuaje es una herida profunda sobre la epidermis, que hace que el sistema inmunológico de la persona se encuentre activo, defendiéndose de la tinta y de la exposición al medio ambiente, por lo que médicamente no es conveniente para la persona recién tatuada donar sangre, pues se encuentra un poco más débil de lo normal. Por eso algunos países tienen ciertas reglas al respecto que le prohíben a las personas tatuadas donar sangre antes de seis meses o un año de haberse realizado un tatuaje.
Sin embargo, transcurrido dicho período la persona tatuada podrá donar sangre, siempre y cuando se encuentre sano, no se haya tatuado o perforado en los últimos seis meses, no haya tenido hepatitis y pese más de cincuenta kilos. De esta forma el mito queda derribado, pues es sólo una indicación médica para proteger a la persona tatuada, no porque esta sea foco de infecciones o esté enferma.
Las tintas oscuras tienden a colocarse azules con el tiempo
Según lo declarado por algunos tatuadores profesionales al respecto, todo depende de la calidad de la tinta. En la actualidad las tintas oscuras no tienden a hacer esto, muy común en las tintas usadas anteriormente en la década de los cincuenta o sesenta. Así mismo, esa es la razón de por qué los tatuajes carcelarios tienden a decolorarse en tonos azulados, pues debido al contexto en el que se hacen difícilmente se cuenten con tintas de buena calidad.
Los tatuajes son para criminales
Ciertamente existen pandillas o grupos criminales que usan los tatuajes como la forma en que sus integrantes se identifican. Sin embargo, pensar que los tatuajes son solo ornamentos llevados por criminales es caer en prejuicios, pues en la actualidad –tal como refieren algunos Sociólogos- los tatuajes están más relacionados con decisiones personales que no responden del todo a clanes sociales o estratos sociales. En tal sentido, en la actualidad se pueden encontrar personas tatuadas de todos los estratos sociales y académicos. No obstante sigue siendo una realidad también la gran cantidad de mitos y estigmas que puede haber de parte de la sociedad hacia aquellos que llevan tatuajes en su piel, debido –como explican algunos psicólogos sociales- a que la gente tiende a rechazar lo que identifica como diferente. Lo positivo es que día a día hay más información al respecto, lo cual hace que las personas reconsideren sus estereotipos.
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