La era de los reptiles
Durante la llamada “Era de los Dinosaurios” los reptiles se diversificaron alcanzando tamaños inimaginables y formas que nunca volverían a pisar la tierra. Desde los exitosos pterodáctilos que surcaban los cielos (algunos con envergaduras que superaban los 10 metros) hasta los gigantescos pliosaurios y plesiosaurios que habitaban en los océanos, los reptiles se convirtieron en los amos del mundo por más de 200 millones de años.
Sería necesaria una gigantesca catástrofe – todo indica que se trató del impacto de un meteorito – para que los pequeños mamíferos, hasta entonces condenados a permanecer en las sombras, ocultos bajo las ramas de los árboles, pudiesen florecer… o esta es al menos la historia que nos han contado por un tiempo considerable.
Pero nuevas evidencias parecen indicar que en verdad los mamíferos tuvieron un éxito considerable casi 40 millones de años antes de la extinción de los dinosaurios. Veamos:
Dientes variados
De acuerdo con el tipo de dientes de un animal puede determinarse su dieta. La diversidad en los dientes de los mamíferos del periodo previo a la gran extinción cretácica nos indica que estos animales se encontraban en nichos muy diversos y, aunque tenían un tamaño relativamente pequeño, se estaban expandiendo rápidamente.
Esto, aseguran los científicos, indica que seguramente los mamíferos se encontraban en un periodo de éxito… a costa, cómo no, de las especies más pequeñas de dinosaurios. Para mayores problemas, los dinosaurios parecen haber perdido diversidad en este periodo, lo que nos indica que estaban perdiendo terreno. En efecto, varias investigaciones parecen indicar que el meteorito no fue más que el golpe de gracia.
Así podría haber sido un mamífero de la era de los dinosaurios
Un mundo nuevo
Las principales hipótesis sobre el inesperado éxito de los mamíferos le apuntan a las nuevas condiciones en las que se encontraba el mundo en el cretácico. En efecto, tras millones de años de un mundo extremadamente cálido a finales del cretácico las temperaturas habían comenzado a disminuir de manera importante, algo que afectaba a reptiles adaptados a estas características más que a los mamíferos que regulaban mejor su temperatura.
Además de los cambios climáticos, la aparición de las flores puede haber dado una ventaja sustancial a los mamíferos y las aves. Como sabemos, las flores existen como una simbiosis entre las plantas y los insectos, por lo que la diversidad de estos últimos – presas naturales de aves y mamíferos pequeños – tuvo que aumentar dramáticamente en el periodo final de la era de los dinosaurios. Esto habría beneficiado a nuestros pequeños antecesores peludos.
Y la existencia misma de las flores suele implicar la de frutos que, de nuevo, suelen ser alimento de los pequeños animales del bosque antes que de los gigantes que habitan en las sabanas. Estos cambios también favorecieron a los mamíferos.
La era de la catástrofe
Hace unos 68 millones de años la Tierra comenzó a modificarse de manera acelerada… y dramática. A los cambios climáticos se les sumó la erupción de considerables volcanes en el Decán hindú, generando a su vez una espiral de contaminación y enfriamiento más profunda. Esto afectó a todas las especies por igual – los mamíferos también pusieron su cota de desapariciones – pero cuando llegó el golpe final se recuperaron mucho más rápido y pronto ocuparon los nichos que habían dejado los dinosaurios. Y una nueva era comenzó… una de la que somos herederos.
Imágenes: 1: atlanteanconspiracy.com, 2: huffingtonpost.com