El verbo alude a distintas acciones bajo el mismo nombre, como crear barrancos en un sitio, abarrancar un terreno. O podría entenderse como meter alguna cosa dentro de un barranco o un sitio donde la salida sea muy compleja. Experimentar una pérdida de movimiento al momento de conducir una embarcación y chocarse con piedras o arena. Por otra parte, se puede entender como la acción de un individuo que se compromete en una situación delicada.
Para que una embarcación se atasque
Dentro de la Real Academia de la Lengua Española se avala este término como una señal náutica de que un buque o cualquier barco entra en un estado de no poderse mover y seguramente ha quedado atrapada al haber encallado en un sitio con escasa profundidad. Es claro que los vehículos marítimos y fluviales requieren aguas profundas para su libre tránsito y de ese modo, no abarrancar.
Para volverse fuerte
Las situaciones abarrancadas y difíciles, mismas que suelen tener una apariencia terrible de no hallarle solución, son las mejores que brindan las oportunidades para el crecimiento personal, porque obligan en gran manera al individuo a esforzarse y sacar lo mejor de sí mismo para superar la crisis en que el destino lo ha querido abarrancar. Todo un reto en el crecimiento de la vida.
Para evitar un accidente con peores consecuencias
Muchas veces, en cuestión de un segundo, un conductor por fallas mecánicas o por algún imprevisto en la vía, se ve obligado a decidir entre dos opciones de vida o muerte en la mayoría de los casos: o sigue avanzando rumbo a una colisión cada vez más fuerte en la medida que toma impulso el vehículo, o hacer una maniobra para abarrancar en algo que pueda ayudar a detenerlo y que se encuentre lo más cercano posible, como una casa, un árbol, un barranco, etc.