Es la acción de golpear los paños o la superficie de algún material, tejido u objeto flexible, empleando un batán, con la finalidad de que desangren, se apelmacen, entre otros efectos que buscan finalmente compactarlos.
Para transformar tejidos
También existen máquinas que ahora se encargan del proceso de abatanar y que en su gran mayoría están diseñadas para transformar tejidos abiertos, en tejidos más tupidos. En la antigüedad había ciertos artefactos que operaban por efecto de la fuerza que imprimía una corriente de agua, movilizando una rueda hidráulica que tenía la función de activar los mazos y en seguida, los tejidos eran golpeados hasta compactarse. Uno de los países donde más se usaban era España, hasta mediados del siglo XIX.
Para elaboración de tejidos a mano
En esa época, la mano de obra era demasiado barata e invalorada. Sin embargo, al transformarse todo aceleradamente después de la Revolución Industrial, las cosas no volvieron a ser como antes y la mano de obra comenzó a tener un valor y en tal efecto, la operación de abatanamiento a mano ya no era viable para nadie, puesto que se necesitaba mucho tiempo en ese sistema, empezando por la forma de obtener la lana, hasta el proceso final de un tejido.
Para elaborar el paño abatanado en máquina
El proceso de abatanar, en el que se elaboraban tres mantas de forma simultánea, duraba entre 24 y 30 horas. Durante el mismo se detenía el batán unas tres veces para cambiar las mantas de posición; finalizado el proceso, la manta quedaba lista para el secado. Los cambios socioeconómicos y consecuentemente la utilización de maquinaria automatizada abarataron el proceso de fabricación debido a la reducción del tiempo y de la mano de obra empleada.
Para tupir la trama de los tejidos
En los métodos textiles, el abatanar se ha usado con el fin de tupir la trama de cualquier tejido pero en especial los de lana y conseguir de esa manera la textura que se quiere.