Es la acción de componer algo con elementos diferentes mal combinados, que no guardan directa relación, ni orden, ni cohesión. También se refiere a reunir a un gran numero de personas o cosas dentro de una locación o área, pero que ni la gente ni los objetos tengan nada que ver entre sí.
Como término en la moda actual
Los críticos de la moda usan comúnmente este calificativo para referirse al vestuario que porta alguien y la mayoría de veces lo hacen con los Drag Queens. La prensa de la farándula y el espectáculo también lo usa para hablar de los famosos. Lanzan juicios como “tal celebridad asistió a las efemérides con un vestuario muy abigarrado”.
Para llamar la atención
Siempre se relaciona a un individuo con un vestuario abigarrado como alguien extravagante, es decir, como alguien que no encaja dentro de los paradigmas sociales y que no tiene una mala imagen de sí mismo, sino que su fuerte personalidad la sostiene. Esto sirve mucho para llamar la atención y por eso las celebridades acostumbran a hacerlo. Mientras algunos los admiran, otros los critican mordazmente, pero en ambos casos, la atención está puesta en ellos. Es aplicar aquello de que no importa si hablan bien o mal, lo importante es que hablen.
Como técnica artística post moderna
Los críticos del arte también utilizan este calificativo para las obras sobrecargadas de elementos discordantes y que traspasan el límite de lo estético o aceptable. Pero sucede igual que con la moda, es tan solo cuestión de gustos porque también se ha establecido la técnica de abigarrar, aplaudido por unos, rechazado por otros.
Para una prueba de interrelación
En esta sociedad, difícilmente se relacionan ciertos grupos poblacionales con otros, como por ejemplo los ancianos con los jóvenes, los padres de familia con quienes no lo son, los boxeadores con los cantantes de karaoke, etc; gentes que no tienen nada que ver entre sí, pero si algún día se les quisiera abigarrar, serviría para que entre todos realizaran un compartir edificante.