Es la acción de sumergir algo al fondo de un abismo, real o metafórico. Se puede entender en la lengua española como sinónimo de generar confusión o inducir un estado de perplejidad en otros al punto que no sepan qué decir. O como un tercer significado de esta palabra es la acción de entrar o hacer que alguien entre en contemplación interna y un estado de aislamiento del mundo exterior.
Se usa como recíproco figurado
Este término es empleado como recíproco figurado, es decir, enfocarse de lleno y sumergirse en la contemplación interna o en el más profundo dolor y depresión. O igualmente, sorprenderse con alguna circunstancia no prevista o extraña.
Para concentrarse en algo determinado
La concentración se puede catalogar como una de las más fundamentales facultades humanas, que permite lograr el éxito en cualquier asunto, siempre y cuando se logre centrar la mente en una sola cosa. Para ello se debe ejercer un gran poner de voluntad y alejar toda clase de distracciones que desvíen la atención del objetivo. Alguien podría abismarse en la lectura para extraer todos los conocimientos que un libro pudiera aportar.
Para causar gran confusión o dejar a alguien sin saber qué decir
La elocuencia del verbo usada de manera astuta e inteligente, puede llegar a envolver una idea al punto en que deje abismada a otra persona.
Para inspirar
Tanto pintores, como músicos, escritores, escultores y demás artistas coinciden en que sus mejores momentos para estar inspirados fue cuando se dejaron abismar, cuando lograron contemplarse a sí mismos y algunos hasta hacen alusión a la tristeza como fuente de la que surgen grandes y emotivas ideas para componer.
Como abismar en la pobreza
Para crear caos social y fortalecer la delincuencia, esa es la percepción de varios críticos del sistema, que argumentan que al abismar poblaciones enteras en crisis económicas, un poderoso grupo que está en la cima de todo y es imperceptible, se aprovecha del caos para implantar su orden.