Es la acción de renunciar a una creencia o ideología a través de un acto solemne y un juramento especial. Negar algo que se profesaba y practicaba, bajo el rigor del juramento.
Para renegar de una religión o credo
Este verbo hace referencia a revocar, renegar, retractarse o desdecirse de una idea, un modo de pensar, una teoría, un dogma o un credo que anteriormente defendía. El individuo que se somete a la ceremonia de abjuración o reniega de su dogma de fe, suele ser tildado como renegado por parte de los creyentes que comulgaban con él en la misma doctrina o agrupación.
Para imponer creencias
Abjurar era algo muy acostumbrado en tiempos de la Edad Media, épocas en la que cristianos se batían a muerte con los musulmanes para conquistar territorios e implantar sus creencias. En el presente, congregaciones más pequeñas siguen con el intento de forzar a la población a que abjure de su fe.
Para renegar de ideales, instituciones, o grupos
Cualquier ciudadano, por ejemplo, podría abjurar de su propia nacionalidad, de sus filiaciones políticas o su relación con cualquier institución o agrupación. En el año 1581, distintas regiones de los Países Bajos decidieron firmar un Acta de Abjuración en la que hacían constar que renunciaban a cualquier obediencia al rey Felipe II.
Para abandonar un juramento
Literalmente la palabra “abjurar” significa en español abandonar el juramento, sea a lo que sea. Pero esto requiere una declaración expresa y aplica a todo lo que antes de ello, se profesaba y practicaba. Abjurar es abandonar algo a lo que se había jurado compromiso y lealtad.
Para evitar ser condenados a muerte
En tiempos de la Inquisición varios condenados por herejía, pudieron salvar sus vidas gracias a apelar al recurso de poder abjurar de sus presuntas creencias erradas que atentaban contra lo instruido por las escrituras sagradas del cristianismo, de acuerdo con el veredicto de las autoridades clericales. Estos condenados se veían obligados a abjurar en público.