Es la sensación de estar ansioso, estresado, inquieto, preocupado y con temor. Un estado psicológico negativo relacionado con el miedo, la incertidumbre y la tristeza.
Para enfermarse
Al permanecer una persona en un estado de conciencia de esta especie, se somatiza en el organismo toda clase de enfermedades, principalmente como consecuencia de la reducción de anticuerpos y el debilitamiento del sistema inmune, de acuerdo con lo demostrado por la ciencia médica. La mente influye directamente sobre el cuerpo.
Para orar
Una de las formas para dejar de acabangarse por alguna situación, es ingresar a un estado profundo de oración. Algunos estudios e investigaciones han corroborado que la oración obra prodigios en la salud física y mental de los creyentes. Al poner plena confianza en Dios o el Creador del Universo, como se quiera llamar, los problemas de la vida se perciben de manera distinta, por lo tanto, esos cuadros depresivos y de temor ante alguna circunstancia adversa ya no tienen tanto efecto en quien practica esta técnica espiritual, sin importar cuál fuere su religión.
Para meditar y comprender
Al igual que la oración, ingresar en un estado meditativo contribuye a una transformación interior y luego exterior del practicante. Cuando una persona se encuentra acabangada, es un momento propicio para la meditación, con la cual no sólo obtiene una calma y una paz verdaderas, sino también la comprensión y la sabiduría que esas duras situaciones que han llevado a sentirse así pretenden enseñar en la vida, tomándolas como auténticas lecciones de la existencia.
Para buscar compañía
Por ejemplo, cuando a una persona se le ha alejado por algún motivo un ser querido como lo puede ser un viaje, o cualquier otro asunto, tiende a acabangarse. Son momentos melancólicos que pueden sobrellevarse o superarse si se busca una buena compañía: un buen amigo, un guía espiritual o salir a conocer a alguien.