Sucede cuando de repente y sin ningún motivo aparente, un músculo en alguna parte del cuerpo se contrae y el dolor puede llegar a ser muy intenso. También puede tomarse en un sentido metafórico, para referenciar que una emoción ha sido fuerte.
Para hacer estiramientos
Los médicos coinciden en que es necesario el estiramiento muscular, como tratamiento alternativo para disminuir la regularidad e intensidad de los calambres, especialmente en las horas de la noche, cuando se descansa. Lo recomendable es realizar estos ejercicios en momentos previos a dormir. La mejoría es muy notable luego de persistir con los estiramientos por lo menos dos semanas continuas.
Para mantener las sábanas y frazadas sueltas
Esto contribuye a que los pies no resulten apuntando hacia abajo en instantes de descansar profundamente, factor que conlleva muy posiblemente a uno o varios calambres.
Para cambiar la postura de las piernas cuando se esté en la cama
Mecánicamente, muchas personas adoptan posiciones en la cama que contribuyen a que el músculo de la pantorrilla se contraiga, por lo que conviene adoptar posturas estratégicas que lo eviten.
Para hidratarse mejor
Es necesario verificar si uno está hidratado, debido a que la deshidratación es uno de los factores que desencadenan calambres en el cuerpo. La tonalidad que presenta la orina puede indicar claramente en qué estado se halla una persona en cuanto este aspecto. Casi siempre, los orines de color amarillento oscuro, son un síntoma de estar deshidratado. El color ideal es el transparente o amarillo pálido.
Para reemplazar los electrolitos perdidos por el ejercicio
Luego de ejercitarse, conviene reemplazar los electrolitos que se quemaron, para no acalambrarse. El secreto es llevar una sala alimentación. Con el sudor se pierden grandes cantidades de electrolitos especialmente en climas cálidos. Existen ciertas bebidas isotónicas energéticas para deportistas que los ayudan a reemplazar.