1. Disponer la mies en la era para trillarla

La primera acción de aparvar consiste en disponer la mies, es decir, las espigas de trigo o cebada con sus tallos, en la era para trillarla. La era es una superficie plana y dura donde se realiza la trilla, que es el proceso de separar los granos de los tallos y otras partes no comestibles de la planta.

Aparvar para trillar:

Facilita la trilla, ya que las espigas se distribuyen en la era de manera uniforme, permitiendo que los animales o máquinas utilizados para trillar pasen sobre ellas con mayor eficiencia.
Ayuda a evitar pérdidas de grano, ya que al estar esparcidas en la era, las espigas tienen más espacio para desprender los granos durante el proceso de trillado.

2. Recoger en montones la mies después de trillarla

Una vez realizada la trilla, la segunda acción de aparvar implica recoger en montones la mies ya trillada para su posterior recolección y almacenamiento. Estos montones suelen estar formados por los granos separados de los tallos y otras partes de la planta.

Aparvar después de trillar:

Facilita el almacenamiento, ya que los montones permiten apilar los granos de manera organizada y evitar su dispersión o pérdida.
Prepara la cosecha para el siguiente paso en el proceso, que es la recolección y almacenamiento en silos o almacenes, asegurando que los granos estén listos para su comercialización o consumo.

Importancia de aparvar en la agricultura

El aparvar es una práctica esencial en la agricultura, especialmente en el cultivo de cereales. Permite optimizar el proceso de cosecha, garantizando que los granos se recolecten de manera eficiente y se almacenen adecuadamente para su posterior uso. Sin aparvar, el proceso de trilla y recolección sería más lento y menos eficiente, lo que podría llevar a pérdidas de grano y a un almacenamiento inadecuado.

Además, el aparvar es una tradición arraigada en muchas comunidades agrícolas y forma parte de las prácticas ancestrales de recolección de cereales. Aunque en la actualidad se utilizan maquinarias y técnicas más modernas para la trilla y recolección, el aparvar sigue siendo una parte importante de la cultura agrícola y una actividad que une a las comunidades durante la cosecha.

Conclusión

En conclusión, el aparvar es una actividad agrícola fundamental que desempeña un papel esencial en el proceso de cosecha de cereales como trigo y cebada. Las dos acciones principales de aparvar, que implican disponer la mies en la era para trillarla y recogerla en montones después del proceso de trillado, son cruciales para optimizar la cosecha y garantizar un almacenamiento adecuado de los granos.

La disposición ordenada de la mies en la era facilita la trilla, permitiendo que los animales o máquinas utilizados para este proceso puedan realizar su trabajo de manera eficiente y evitando pérdidas de grano. Por otro lado, la recogida de los granos en montones después del trillado prepara la cosecha para su posterior recolección y almacenamiento en silos o almacenes, asegurando que los granos estén listos para su comercialización o consumo.

El aparvar no solo es una práctica agrícola esencial desde el punto de vista de la eficiencia y el almacenamiento, sino que también forma parte de la tradición y la cultura agrícola en muchas comunidades. Es una actividad que ha sido transmitida de generación en generación y que une a las personas durante la cosecha, fortaleciendo el sentido de comunidad y las raíces culturales.

En el contexto de la agricultura moderna, el aparvar sigue siendo relevante, aunque las técnicas y maquinarias utilizadas en el proceso de trilla y recolección hayan evolucionado con el tiempo. Los principios fundamentales del aparvar siguen guiando el proceso de cosecha de cereales, asegurando que los granos se recolecten de manera eficiente y se almacenen adecuadamente para su uso posterior.

En resumen, el aparvar es una práctica agrícola invaluable y arraigada en la cultura agrícola. Su importancia radica en su capacidad para mejorar la eficiencia de la cosecha y garantizar un almacenamiento adecuado de los cereales, así como en su valor cultural y su capacidad para unir a las comunidades durante la cosecha. Es una actividad que continúa siendo relevante y esencial en la agricultura moderna y que seguirá desempeñando un papel crucial en el futuro.