Se trata de un ave con plumas amarillas y castañas, que mide cerca de 15 centímetros de largo. En la parte de arriba del cuerpo suele tener plumas de color verdes azuladas. Sus alas son en punta y muy estrechas y su pico, alargado con una notable curva. Su alimento principal son las abejas y algunos insectos. Por lo general viven cerca de ríos o fuentes hídricas.
Para mantener el equilibrio de los ecosistemas
Esta exótica ave colorida todos los días se dedica a cazar insectos que se aproximen a un poco distancia y entonces se lanza con un vuelo corto. Pero es toda una cadena alimenticia, porque al mismo tiempo, el abejaruco es comida para otros depredadores como las serpientes y aves rapaces como el gavilán, el azor o el asombroso halcón peregrino.
Tan pronto como percibe alguno de estos peligros con alas, se activa su instinto de supervivencia e intentan huir. Es por ello que algunos campesinos y conocedores de la apicultura, emplean a los gavilanes o a los otros mencionados, con el fin de ahuyentar al abejaruco de las colmenas, porque le encanta comérselas, aunque no es considerado como un peligro para éstas, sino que regula el ecosistema y sólo afecta a los apicultores.
Para fotografiar como ave exótica
Las plumas del abejaruco son muy peculiares. Los colores que las adornan son muy llamativos. En la parte de arriba es un tono rojizo y amarillo y en la de abajo, en la parte del vientre, es verde azulado. Es un poco más pequeño que un mirlo común y suele verse en la península ibérica y en África.
Para hacer nidos impresionantes
Son capaces de abrir hoyos en las paredes, el piso o en taludes, para anidar allí dentro. Eso sí, duran casi un mes abriéndolo y con esfuerzo, pero lo hacen en mutua cooperación el macho y la hembra. Cavan un túnel con un profundidad que bordea los 100 centímetros y allí al fondo adecúan la cámara de incubación.